Una vieja amante del rock and roll, va a un tatuador y le
dice: “Quiero que me hagas un tatuaje de Elvis Presley en la parte interior del
muslo. ¿Me lo puedes hacer?”.
“Claro”, contesta el hombre.
Cuando termina, la mujer se mira y dice disgustada: “No se
parece a Elvis. ¡Lo siento! No te voy a pagar”.
“De acuerdo –dice el artista-, déjame probar otra vez en el
otro muslo.” Cuando termina, la mujer furiosa. “Tampoco se parece a Elvis”,
exclama.
“Espera un momento – dice el tatuador desesperado-. Voy a la
calle a buscar a alguien y si identifica los tatuajes, ¿me pagarás?”
La mujer asiente, de modo que el tatuador sale y se encuentra
a un borracho dando tumbos por la calle. Lo lleva al estudio a rastras, le
señala los muslos separados de la mujer y dice: “¿Reconoces esos dos tatuajes?”.
El borracho dice: “Los de los lados no sé quiénes son, pero
el del centro es Mick Jagger sin lugar a dudas”.
Osho
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