Diario de un
paseante. 09-02-2013 20:00. Lohengrin.
Están retransmitiendo por Radio Nacional Clásica la ópera
Lohengrin de Richard Wagner desde en Teatro alla Scalla de Millán en directo,
ha comenzado a las 7, lo anunciaron esta mañana pero lo olvidé, me fui al super
a hacer la compra y al regresar me he encontrado esta grata sorpresa, siempre
tengo sintonizada en la radio de la cocina Radio Nacional Clásica, es una
delicia, nada como esa música que te acaricia los sentidos como un néctar
delicioso, estoy ahora en el salón oyéndolo en la cadena estéreo, es como estar
en la Scalla
pero con más comodidad, en el sofá, con el perrito al lado que no me deja
escribir esto, mete la pata en el teclado como si él quisiera también escribir
y me mira, a los gatos y al perrito les encanta la música clásica, se la tengo
puesta todo el día, ellos son muy melómanos, qué remedio les queda, sólo apago
la radio cuando nos vamos a dormir a eso de las 10 ó 10:30, nos acostamos temprano
porque madrugamos mucho, tenemos horario de convento, nos levantamos para los
maitines, con los animales es así, ellos siguen el ciclo de las luz solar, y yo
ahora también los sigo, bueno, ahora, desde hace ya más de 20 años, desde que
tengo mascotas, qué remedio me queda, yo les pongo música clásica y ellos en
venganza me meten en la cama a las 10 y me levantan con los maitines, pero la
convivencia entre especies animales es así, acaba habiendo una simbiosis.
Espectacular la ópera, no sé si alguno la estáis oyendo en
estos momentos como yo, Wagner fue un genio absoluto, la obra de arte total y
todo eso. Ahora están luchando, se oye el choque de las espadas, Lohengrin
entona un melancólico canto que se eleva al cielo como una plegaria y el coro
le responde aterrado, ahora Elsa entona un trémulo y emocionado discurso que se
abre paso en el espacio como el canto de un ave, afilado como un trino lleno de
modulaciones y notas musicales melodiosas, cantan ahora todos al unísono en una
especie de himno triunfal lleno de esperanza, un tanto delirante y exaltado,
hace la música espirales y ellos la van punteando con sus voces a veces
sucesivas y otras veces superpuestas, suenan las trompetas triunfales llevando
la escena a su final, hay aplausos del público, Lobi me mira extrañado.
Lohengrin viaja subido en una barca tirada por un cisne, menudo medio de
locomoción, en vez de ir en coche, en metro o autobús, en tren, avión o andando,
simplemente él se desliza sobre las aguas del Rhin remolcado por un cisne, erguido
de pie sobre la barca, imaginaros la belleza, en todas las representaciones
Lohengrin aparece así, deslizándose de esta manera aguas abajo por las
cristalinas aguas del Rhin..
Y hay boda, ahora es el entreacto y el comentarista está
explicando lo que va a suceder en el acto segundo, debe de suceder algo antes
de la boda, ¿se casará al final el caballero con su amada?
Al parecer el libreto también es de Wagner, esto es así en
todas sus óperas, Wagner no era sólo músico sino poeta, la ópera fue estrenada
en el teatro de la ópera de la corte ducal de Weimar el 28 de agosto de 1850,
empieza el acto segundo, hay una introducción musical que suena misteriosa como
si estuviéramos ante un paisaje lleno de brumas.
Lobi está inquieto, quiere que le saque a pasear pero hasta
más tarde no le toca, después de cenar, ya ha salido bastante hoy, si por él
fuera nos pasaríamos el día en la calle como dos vagabundos, no se cansa nunca,
se ha tumbado sobre la alfombra, una alfombra que compré en Turquía, dentro de
un momento comenzará a comerse las piñas que tengo adornando las macetas, me
pone la alfombra perdida, cosas de Lobi, ahora se está rascando, hace un tiempo
que no le baño, con el frío le baño menos, tengo que bañarle un día que haga
más calor para que así se seque rápido.
Canta Elsa, callémonos, escuchemos, schisss!!!, silencio, la
sacrosanta ceremonia de la representación a recomenzado, Lohengrin canta con un
sentimiento hondo como si cantara con el alma, como si sus palabras entonadas
con la música hicieran hablar a su alma que libre se expresa y se eleva,
silencio, Elsa responde, escuchemos…
A estos dos se les nota muy enamorados, como hechizados.
Pero algo va a pasar, se les nota preocupados, la felicidad
siempre está tan amenazada por las circunstancias, y el amor que es la
felicidad máxima de manera especial, empiezan a estar nerviosos, cualquier
malentendido puede dar al traste con todo, Lobi acaba de coger una piña pero
como le he mirado se ha venido a restregar contra mi zapatilla, como un saludo
cariñoso, ahora se va hacia la puerta, lo dicho, quiere salir.
Algo va a pasar, la música a vuelto un tanto lóbrega,
tétrica, como cargada de tristes presentimientos, os imagináis que la vida
fuera como una ópera, todo el rato cantando y con una orquesta cerca tocando,
sería agotador, viviríamos menos años, demasiado esfuerzo, pero tal vez
viviríamos más intensamente si nuestra vida fuera como una ópera, viviríamos
dos o tres horas, en las más largas hasta cuatro horas, no sería mucho tiempo
pero sería muy intenso, nuestra vida tendría un desenlace rápido no como la que
llevamos ahora tan tediosa.
Vuelvo a tener a Lobi subido en el sofá a mi lado y metiendo
el hocico en el teclado, está oliendo el teclado del ordenador portátil, a qué
olerá el teclado me pregunto, los perros tienen un olfato privilegiado, ellos
huelen cosas que nosotros no percibimos, se mueven más por el olfato que por la
vista, ellos saben por un golpe de olfato cómo es una persona y qué
sentimientos tiene, de ahí que reaccionen en seguida ante alguien, no se les
puede engañar.
Los gatos están durmiendo debajo del mostrador de la cocina
junto al radiador, es su lugar favorito, donde más calor hace, los gatos son
adictos al calor, el sentido más desarrollado en los gatos es la vista, basta
con observar sus ojos para poder comprobarlo, son como dos joyas, diamantes
perfectos tallados por Dios como un regalo de su suprema sabiduría, de su
supremo amor.
Lobi se ha acurrucado junto a mí y se ha dormido, si me
muevo se despertará, está pegado a mí, me da calorcito, tan tranquilo ahora,
tan tierno, parece como un niño.
La ópera continúa, las óperas de Wagner son largas, algunas
muy largas, uno puede ir cenando, fregar luego los platos y seguir oyendo
mientras la ópera en la radio de la cocina, en mi casa oigo la música desde
cualquier lugar, otra comodidad, es como vivir dentro de una sala de conciertos
que nunca parara, ahora están hablando mucho, la música ha perdido protagonismo
y a cedido el paso a la palabra, mágicas palabras que irán conduciendo al
caballero hacia el encuentro final con su amada, al final se irán los dos
subidos en la barca tirada por el cisne, aguas arriba deslizándose delicadamente sobre las aguas
del Rhin, seguro, como si lo viera.
Tengo de cena ropa vieja, es decir, restos de cocido fritos,
exquisito, me encanta la ropa vieja, sobre todo si está hecha del cocido de mi
madre como en este caso, yo suelo freírlo junto con unas cabezas de ajo y con
aceite de oliva virgen sabor intenso, pero en esta ocasión se me ha olvidado
echar los ajos, también tengo de cena salmorejo, éste hecho por mí, me sale
fenomenal, ya os daré la receta, os va a encantar, además es muy fácil y rápido
de hacer, tiene muchas vitaminas y es muy refrescante, yo lo tomo durante todo
el año, me encanta, de beber me he comprado cerveza Estrella de Galicia en
lata, una lata de esas que es más grande de lo normal, esa cerveza me encanta y
no es fácil conseguirla fuera de Galicia pero en el super la tenían, también he
comprado dos botellas de cerveza Guinnes, deliciosa cerveza negra, para mi
gusto la mejor con diferencia, me transporta a Irlanda, país en el que nunca he
estado pero mientras me tomo mi media pinta de cerveza Guinnes me parece estar
en un pub de Dublín, cierro los ojos cada vez que sorbo un trago y me visualizo
allí y luego compruebo que la espuma de la cerveza me ha dejado marcado un bigote
sobre el labio superior y me sonrío, hay cosas que no cambian, como cuando
comía un helado de pequeño y me quedaba el bigote de nata.
Me estoy enrollando demasiado, al final vais a saber más de
mi vida que yo mismo, pero me da igual, qué más da, os cuento todo esto porque
sé que os gusta, no sé por qué os gusta, ni siquiera sé por qué sé que os
gusta, pero sé que os gusta, ¿verdad que sí?, decidme que es así…
Ahora sólo suena música, una música que se desliza, avanza,
parece caminar primero, correr después, llevarnos a algún lado.
No sé si al final en lugar de tomarme la cerveza Estrella de
Galicia me voy a acabar tomando la
Guinnes , la descripción que he hecho de ella me ha abierto
las ganas de Guinnes, ya os contaré cómo acaba el dilema, pero yo creo que con
la ropa vieja pega más la
Estrella , ¿verdad?, sí, mejor la Guinnes para otro día,
está buenísima con marisco, bueno con ese marisco que podemos permitirnos los
pobres de vez en cuando, aunque el marisco que yo compro en la marisquería
Castellanos en la calle Maldonadas ya os he dicho que es de primera, a mí sólo
me gusta el de pesca extractiva no el de vivero, igual que el pescado, prefiero
tomar sardinas a lubina, al menos las sardinas no han comido pienso, y lo mismo
con el marisco, la Guiness
está buenísima con los gambones, ¿os gustan los gambones?, a mí me encantan, me
gusta comprarlos ya hervidos, son más sabrosos que los langostinos, también me
gustan a la plancha pero se pone la cocina perdida y da mucho olor.
Sigue Lohegrin impertérrito en su largo discurso de
esforzado amor, el amor de los héroes siempre es esforzado, ¿y el de los
hombres?
Me voy a preparar la cena aunque me da pena despertar a Lobi
que sigue durmiendo a mi lado, después de cenar le daré algún pedacito de
rosquillas, compro unas rosquillas fritas con azúcar muy ricas, de Eroski, os
las recomiendo, al perrito y a mí nos encantan.
Tengo hambre, me voy a cenar, ya son las 9:10 de la noche,
luego sacaré a Lobi a pasear y después a dormir que mañana tocan a maitines a
las 7 o 7:30, como mucho alas 8, pero no más.
Hasta mañana, que descanséis.
Elsa está muy enamorada de Lohengrin se nota en su voz, le
ama de verdad, esas cosas no se pueden ocultar, ya lo decía mi abuela, hay dos
cosas que no se pueden disimular, el dinero y el cariño.
P.d.- Creo que he cenado demasiado, al final no me tomé las
rosquillas, era demasiado, Lobi se ha ido a dormir a la cama, pasa de mí, en
lugar de las rosquillas me he tomado un plátano, un plátano de Camerún, ¿dónde
está Camerún exactamente, alguien lo sabe?, en África, claro, pero en qué zona,
¿al sur?, lo miraré en Google, la ópera continúa, se aproxima el éxtasis final,
por cierto, la marcha nupcial bellísima, Lohengrin y Elsa según se aproxima el
final tienen unas voces más bellas, tengo puesta la tele sin sonido, hay un
debate en la Sexta
sobre Ana Mato, no les oigo, oigo Lohengrin, curioso contraste, me imagino lo
que dicen unos y otros, las polémicas de siempre, antes se decía que se tenía a
la gente contenta con pan y toros, ahora debe ser con pan y debates, bueno, y
fútbol, claro, así nos distraen y dejamos de pensar, eso se creen al menos,
pero yo que ellos no estaría muy tranquilo, creo que se están pasado, tengo la
sensación de que algo puede suceder y me preocupa, la gente está muy harta.
Lohengrin entra en su recta final.
Os quiere,
Vuestro paseante
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