La serenidad de mi alma
Más allá de mí resides
En el limbo infinito de la bondad
Más allá observas, escuchas, sonríes
Atenta siempre a mis zozobras, anhelos, quimeras
Sabes desde tu atenta mirada cómo soy, quién soy
A ti no puedo engañarte
Perpleja contemplas mis idas y venidas por la vida
Tú siempre me esperas
En el rincón más tranquilo de mi alma
En la tierna fragancia de tu siempre fresca inocencia
Tú, serenidad
Me esperas
José Ramón Carballo
4 de septiembre de 2012
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