Radio de la abuela de el paseante. |
Querida y admirada doctora Francis:
Lo primero felicitarla por su magnífico consultorio, soy su más ferviente seguidora ,y creo que me sirven para aprender sobre la vida todos los sabios consejos que usted tiene a bien darnos a sus oyentes.
El motivo de mi consulta es que estoy hecha un lío, soy una madre de familia, sacrificada y fiel, cumplidora de todas mis tareas y deberes tanto para con mi marido como para con mis hijos, por los cuales me develo, lucho, y sufro a diario lo indecible, y es que la crianza y educación los hijos no es tarea fácil y menos en los tiempos que corren.
Recientemente ha sucedido un acontecimiento que ha hecho tambalear los cimientos de mi vida, los cuales hasta ahora consideraba sólidos, y es que he descubierto que mi marido es un mujeriego.
No quiero entrar en detalles de cómo ha sucedido todo, bastante doloroso ha sido para mí descubrirlo como para ahora tener que rememorarlo, pero, doctora, tengo la absoluta certeza de que así es, mi marido va con otras mujeres, no me cabe duda, tengo pruebas concluyentes al respecto.
Y por eso la escribo admirada doctora Francis, para que me diga qué debo hacer.
Y sin nada más que tratar se despide de usted agradecida de antemano, su fiel admiradora,
Adoración
Querida amiga:
Por lo que deduzco del tenor de su carta debe de tener las cosas muy claras tal y como lo expone, y teniendo en cuenta que ha tomado además la decisión de escribirme, lo cual no ha debido ser fácil para usted pues son cosas difíciles de contar.
Creo que ha dado un paso muy importante compartiendo su problema y pidiendo consejo, la felicito por ello.
Tengo que decirle que en mi opinión lo más importante no es que su marido sea como usted dice un mujeriego, ni que tenga en su poder esas pruebas que según dice son concluyentes sobre ello, sino que lo más importante es que su marido la ha engañado durante todos sus años de casada sobre algo tan sustancial en el matrimonio como es la fidelidad, ocultándola sus verdaderos deseos, que no estaban puestos en usted sino en otras mujeres.
Esto tiene que hacerla pensar que no puede tener confianza en él a partir de ahora, porque alguien que la ha mantenido engañada durante tanto tiempo sobre algo tan importante, puede, seguro, volverla a engañar, siempre que le convenga, sobre cualquier otro aspecto de la vida en común.
El matrimonio debe basarse en la confianza, al igual que cualquier relación afectiva sólida debe basarse en la verdad, igual que no nos gusta que nos mienta un amigo, aún menos nos gusta que nos mienta un marido.
Mi consejo es que si quiere ser feliz de nuevo, trate de rehacer su vida lejos del mentiroso.
Atentamente se despide de usted,
Elena Francis
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