Espero que
mi sobrina que vive en San Francisco no sea una de las seguidoras del blog, además
es periodista. Me hundiría aún más mi reputación familiar, la personal la perdí
hace muchos años.
No te
aseguro que escriba con asiduidad en el blog, eso es cosa de personas
constantes como tú.
Lo que te
propongo es cederte una de mis casas para que organices unos encuentros con
seguidores de tu blog a los que previamente no te una ninguna amistad. Sería la
ocasión de poder ver al mito en persona, tal vez tocarle, por qué no?
Yo actuaría
como sponsor.
Podría ser
un encuentro estupendo.
Lo mismo nos
encontramos solos, y al final decides poner punto y final al blog, como castigo
merecido a tanta indiferencia.
Ya me
contarás…
La cabrita
loca
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Cabra, mira, te lo adelanto, el mito les defraudaría, yo me defraudo a mí mismo continuamente, me digo: soy el paseante, luego me miro en el espejo y me digo: pues no lo pareces. El mito siempre parece más grande que la persona, o mejor dicho, el personaje más grande que la persona, porque el personaje es, en realidad, el mito. No sé si me explico, pero lo que sí te digo es que pese a las apariencias en mi caso la persona es muy superior al mito/personaje, pero eso sólo lo saben unos pocos elegidos, entre ellos yo.
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Cabra, mira, te lo adelanto, el mito les defraudaría, yo me defraudo a mí mismo continuamente, me digo: soy el paseante, luego me miro en el espejo y me digo: pues no lo pareces. El mito siempre parece más grande que la persona, o mejor dicho, el personaje más grande que la persona, porque el personaje es, en realidad, el mito. No sé si me explico, pero lo que sí te digo es que pese a las apariencias en mi caso la persona es muy superior al mito/personaje, pero eso sólo lo saben unos pocos elegidos, entre ellos yo.
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