Bueno, eso era algo especial, realmente hacer el amor con Cony era un acto espiritual más que físico, en ocasiones no necesitaban ni tener contacto físico, bastaban las palabras, las miradas, la energía que entre los dos se desplegaba, nada más, con eso llegaban ya al orgasmo Cony y Brown, un orgasmo de pensamientos, sentimientos, emociones, un orgasmo ultrasensorial, como una unión mística, una comunión espiritual en la que sus dos almas se juntaban y eran absolutamente dichosas unidas en algún lugar imaginario donde el tiempo y el espacio no existían ni eran necesarias las palabras, esa comunión espiritual irrepetible es lo que más hizo sufrir a Brown, el recuerdo de aquella magia, era como si permanentemente estuvieran haciendo el amor cuando estaban juntos, y cuando no lo estaban también, hacían el amor en el recuerdo, en la unión mística de sus almas atemporales, eternas, que franqueaban cualquier limitación de espacio y tiempo para permanecer unidas por siempre, incluso cuando Cony y Brown se separaron definitivamente aquella unión permaneció durante mucho tiempo hasta que Brown con su rabia consiguió borrarla definitivamente.
(continuará)
Brown desde Vancouver
Capítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
La verdadera historia de Cony y Brown (5). Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
La verdadera historia de Cony y Brown (6).También estaba Penyc, el cubano.
La verdadera historia de Cony y Brown (7). El marido de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (8). El reencuentro entre Cony y Brown.
La verdadera historia de Cony y Brown (9). Ellos jugaban a provocar.
Próximas entregas:
11 - La muerte de Cony.
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