El
hombre y el cine
"De
niño, vi muchas películas norteamericanas que me dejaron una gran impresión. No
me acuerdo de sus títulos, sólo de su clima. El cine norteamericano es el único
que me inspira cierta consideración porque es el único que realmente ha tenido
un público. Es lo que consiguió el cine alemán antes de 1933 y por supuesto
también hay directores en otros países que individualmente tienen contacto con
el público. Pero en conjunto el cine norteamericano es el que ha tenido unas
relaciones más felices con su público, y es porque no intenta ser un arte. Es
una especie de cine que intenta divertir con el mayor suspense posible. Su
estilo narrativo está desprovisto de complicaciones, de artificio. Es
artificial, por supuesto, pero no artístico (...) Un europeo no tiene la misma
ingenuidad que un cineasta de Hollywood. Nosotros siempre estamos obligados a
considerar con mucha atención lo que producimos y cómo lo producimos, pero un
día, estoy seguro, llegaré a contar historias sencillas. Y éste es mi continuo
esfuerzo, aunque me causa muchos problemas. Los directores de cine
norteamericanos se sitúan a un nivel que me parece muy sano. Tienen la idea de
que Estados Unidos es la tierra de la libertad y de la justicia y hacen sus
películas desde este punto de vista sin preocuparse demasiado del resto. Esto me
parece admirable. Pero yo nunca he intentado copiar una película de Hollywood,
como han hecho los italianos. Nosotros, más bien, hemos construido nuestras
películas sobre nuestra comprensión personal del cine norteamericano.
"¿No
cree que cuando un europeo trata un tema cercano al cine norteamericano, pero
con conciencia europea, forzosamente se produce algo diferente?"
"[...
descubrí el cine de Douglas Sirk] durante el invierno de 1970-1971. Enseguida
fui a verle a Ascona porque estaba entusiasmado con sus películas, las cuales
eran exactamente como las que yo quería rodar (...) Me indigna cuando dicen que
sus películas son kitsch, me parece una estupidez (...) Las películas perfectas
son las de Douglas Sirk: son las más humanas que conozco (...) He aprendido
mucho de Douglas Sirk porque, contrariamente a otros autores de melodramas,
tiene una actitud positiva respecto a sus personajes: les ama."
"[...
las películas que más me influyeron en los sesenta] han sido Vivir su vida de
Jean-Luc Godard, que he visto veintisiete veces, y Viridiana de Luis
Buñuel."
"Me
hubiera gustado hacer Amarcord de Fellini, La caída de los dioses de Visconti,
cinco o seis películas de Sirk, El diablo probablemente de Bresson, veinte o
treinta películas americanas..."
"A
diferencia de Italia donde, por ejemplo, Francesco Rosi, Damiano Damiani y otros
están tan cercanos a la realidad de su país que con sus películas, por así
decirlo, intervienen en esa realidad satisfaciendo además, y precisamente, las
exigencias inequívocamente comerciales de la industria cinematográfica; a
diferencia de América, donde siguen haciéndose películas que, absolutamente
críticas, profundizan en la crónica de los acontecimientos corrientes sin
renunciar tampoco a los aspectos comerciales de una industria que, como no
podría ser de otra manera, es igualmente comercial; a diferencia de Francia,
España e incluso Suiza, donde Jonás cumplirá sus veinticinco años en el año
2000; a diferencia de casi todas las democracias occidentales, parece que en la
República Federal Alemana existe el interés, misteriosamente común a los
diferentes grupos relacionados con el cine, de que esta clase de películas no se
hagan aquí."
"[El
cine] puede tener mucho efecto [en la sociedad]. Distraer, contar historias de
manera que el espectador se distraiga sin quedar atontado. Puede aclararle o
despertarle el deseo de aclararse algunas cosas. Puede formular miedos. Para los
demás. Si nadie lo hiciera nos recluiríamos en el mutismo y en cualquier momento
nos atontaríamos. El cine puede dar valor al que mira para que siga haciendo
preguntas, para que tenga una postura y le dé expresión. Creo que el cine es un
medio que puede ser eficaz de las formas más diversas. Y sigue siendo un
instrumento de distracción y tiene que seguir siéndolo. Como la literatura o la
música, que también tienen que divertir independientemente de los efectos que
produzcan."
"Los
cines alemanes programan porquerías de última hora. El arte cinematográfico se
ha convertido en un producto comercial y es más fácil vender películas
lamentables (...) Para mí los sentimientos cuentan mucho, pero hoy la industria
cinematográfica los explota y yo lo detesto. Estoy contra la especulación de los
sentimientos."
El
hombre y su obra
"Aprendí
mucho en el teatro: la dirección de actores, una nueva manera de contar una
historia. También hice mi aprendizaje como actor. Por otra parte es lo único que
realmente he aprendido. En todo lo demás soy autodidacta. Lo que puedo asegurar
es que desde el principio quise hacer cine, pero no era fácil y empecé por lo
que era más: el teatro. Estoy seguro de que fue bueno: cuando verdaderamente me
puse a hacer cine, me resultó más fácil inspirar confianza gracias a mi trabajo
anterior en el teatro. Era como una garantía. El éxito de mis primeras películas
e incluso el hecho de que fuesen invitadas a festivales y otras manifestaciones
similares guarda una estrecha relación con el mucho mayor respeto que en
Alemania inspira el teatro que el cine. Se decía: "Sí, por supuesto, hace cine,
pero también ha hecho teatro. Entonces, debe tener algo."
"(...)
Como espectador, prefiero las películas trágicas. Mis películas están hechas
para personas como usted o como yo, pero no para taxistas, obreros o criadas. En
cierto sentido, está bien trabajar para un público limitado..."
"El
cine para mí es, por encima de todo, una cuestión de imaginación. Ojalá la gente
se diera cuenta de que la necesidad del antihéroe es mucho mayor que la del
llamado héroe. Esto es muy difícil de plasmar en una película, pero de cualquier
modo tengo que intentarlo porque los héroes y las figuras heroicas no me
interesan en absoluto."
"No
me interesa la historia. Me interesa lo que comprendo de mis posibilidades o mis
imposibilidades, de mis esperanzas o mis utopías, lo que puedo aprovechar en
todas estas cosas o mi entorno. Me interesa la solidaridad y las posibilidades
que puedo descubrir para vencer mis angustias y todo lo que me oprime. Esto me
interesa más que las teorías, pues sólo me parecen importantes cuando soy
lector, no cuando soy espectador de cine o televisión. En cuanto tal, lo más
importante es activar en mí las emociones que podrían activar los sueños (...)
Deseo que a través del cine o la televisión el espectador tenga la posibilidad
de activar ciertas cosas o sentimientos a través de los personajes y que a su
vez la puesta en escena permita una distancia y una reflexión."
"[...
mostrar escenas con una fuerte carga emocional dotando al plano de una gran
duración y moviendo la cámara con lentitud] es, bajo un punto de vista
estilístico, una especie de distanciamiento. Esto es lo que pasa con el tema de
una escena: si dura mucho, si se alarga, realmente se puede ver lo que les
sucede a las personas dentro de la misma. Se puede ver y experimentar, en
relación con sus propios sentimientos, lo que está latente. Si se corta en
escenas como esas, nadie comprendería de qué tratan."
(Sobre
su modelo de adaptación literaria) "Si te propones hacer una película que no
utilice la identificación del público con los personajes, sino que por el
contrario se dirija a la inteligencia consciente, hay que reducir las escenas de
acción lo más posible porque obstaculizan la intención de realizar una película
con el espíritu. Mostrar una acción en cine es equivalente a describir una
acción en un libro... con una diferencia: cuando usted, en cuanto lector, lee
una historia en un libro, la reconstruye dentro de sí mismo porque el libro se
contenta con describirla mediante palabras y sólo le da una forma abstracta.
Pero cuando el cine muestra una acción es concreta y por tanto completa. El
público no tiene parte alguna en el proceso de la creación y esta pasividad es
la que quería evitar en Fontane Effi Briest. En cierto sentido, quería que esta
película fuese "leída". No es una experiencia terrorista, realmente se puede
leer... y éste es su punto más importante (...) Las escenas de acción, en cuanto
tales, no me interesan."
"Algunos
críticos piensan que utilizo con ironía las referencias al cine norteamericano
de género. Comprendo por qué tienen esta idea y debo aceptarlo, pero no es lo
que yo pienso. La diferencia entre mi cine y el norteamericano es que éste no es
contemplativo y a mí también me gustaría obtener un estilo que se desarrollase
libremente, sin todos estos reflejos. Divido mis películas en dos grupos: por un
lado las burguesas, que están todas situadas en un contexto burgués, bastante
netamente definido; y por otro las de cine, que se sitúan en un contexto
cinematográfico típico y contienen una acción del género que habitualmente se ve
en el cine. El primer grupo refleja los mecanismos específicamente burgueses y
el segundo está inspirado en diferentes partículas de género."
(Sobre
El soldado americano: una criada se suicida y los demás pasan a su lado como si
nada hubiese ocurrido) "Para mí esto no es una caricatura. Esta escena mostraba
hasta qué punto las personas pueden reaccionar fríamente respecto a alguien que
hace algo apasionado. Si esto tiene un efecto de parodia, le creo, pero me
avergüenza y le presento mis excusas.
"La
mayoría de los melodramas están apoyados en una problemática que interesa a la
burguesía, lo cual es muy falso y mistificador. Hay que ir a la búsqueda de los
melodramas que vive el proletariado, no de aquéllos que a la burguesía le gusta
imaginar que vive el proletariado."
"Me
resulta totalmente imposible contar algo falso (...) Cuanto con mayor sinceridad
se entrega uno a una historia, más tiene que ver esa historia con los demás
(...) Personalmente y por encima de todo, mi deseo es el de contar cosas, contar
cosas importantes para mí, que sean emocionantes e importantes... y con
importantes no me refiero a hacer cosas que vayan a servir de pasto a la
sociedad, sino algo que pueda proporcionar a la gente la libertad y el deseo de
expresar su dolor."
"Yo
digo lo que vivo, y lo que cuento con franqueza también tiene que ser válido
para otra gente, pues mi manera de ver las cosas se realiza en un terreno
distinto al del resto de la gente, pero a fin de cuentas las vivencias son las
mismas. Por eso pienso: si cuento una historia de manera muy personal, más gente
coincidirá conmigo que si intento contarla de modo que tenga una validez
general."
"El
realismo que concibo y me gusta es el que ocurre en la cabeza de los
espectadores y no en la pantalla. Éste no me interesa en absoluto porque la
gente lo tiene todos los días. Quiero un realismo que lo permita sin provocarlo,
sin que las personas se encierren en sí mismas. Si de nuevo se les enseña lo que
han vivido, me parece que se recogen sobre sí mismas: hay que ofrecerles una
posibilidad de abrirse a las cosas bellas (...) Supongo que el realismo de mis
películas puede conducir en mayor grado a las personas hacia su propia realidad
e incluso más lejos: hacia una utopía, porque tienen posibilidades de
comparación y no se les ofrece de nuevo la que viven continuamente (...) A mi
juicio, la mayoría de las películas socialistas impiden a las personas gozar de
su propia realidad."
"Hago
películas relacionadas con la realidad del espectador. De esta suma surge una
nueva realidad que se sitúa en la cabeza del espectador. La realidad
cinematográfica funciona de una manera propia sobre la pantalla. El cine
realista falsea la realidad. Rechazo la tautología. A las gentes se les hace
todavía más estúpidas si se les muestra la realidad como se piensan que la
imaginan. Lo que hay que hacer es extraer el sentido de la realidad. Ahora bien,
el realismo, la copia de la realidad tiende, como la realidad vivida, a ocultar
el sentido para no mostrarnos más que la apariencia. El sentido se busca: el
creador debe extraerlo."
"(...)
Yo no sé en qué debo creer. Los elementos que sitúo en mis películas son las
preguntas que me hago a mí mismo, y mi técnica consiste en lograr que los
espectadores también se las hagan. Es decir, mi técnica consiste en
sensibilizarles. El problema reside aquí, pues todos los cineastas quieren
sensibilizar al espectador respecto a lo que dicen pero no se les sensibiliza
recopilándoles su realidad."
(Sobre
la planificación de sus películas a modo de "cuadros vivientes") "¡Siempre y
hasta el final de mis días! Sobre todo, nada de lazos artificiales que pretendan
reproducir la realidad, que dejen entender que todo se desarrolla
armoniosamente, que en el mundo todo fluye."
"Me
importa más observar y reflejar lo que observo que buscar soluciones o encontrar
algunas (...) Creo que cuando en una novela o en el cine se tienen preparadas
las respuestas, las soluciones, estamos ante una mala creación."
"Mi
intención es comprender por qué las personas se estropean."
"[...
mis personajes] son malvados porque lo son las condiciones en las que viven. Las
personas malas por naturaleza no existen. Por supuesto, el hombre en sí es
bueno. Todo es un problema de condicionamiento. Usted puede decir, como
Rousseau, que la sociedad es quien le hace malo."
(Sobre
los constantes reproches de querer denunciar a los seres humanos en sus
películas) "Rechazo esa crítica. Sin embargo, tengo la impresión de denunciarles
bastante menos que la mayoría de las personas e incluso, a veces, de tener una
actitud demasiado positiva."
"A
las personas, por sí mismas, las he tenido siempre en mucha estima... y aún hoy
sigo teniéndola. Lo que siempre he querido mostrar es lo desagradable y frío que
es el entorno de los personajes."
"Critico
tanto a las mujeres como a los hombres. Lo que ocurre es que lo que quiero decir
sobre la sociedad puedo expresarlo mejor cuando tomo a las mujeres como
personajes centrales. Las mujeres son más interesantes porque, por un lado,
están muy oprimidas y, por otro, no lo están en absoluto, pero incluso utilizan
su opresión como un eficaz terrorismo. En tanto seres sociales, los hombres son
mucho más simples. Son mucho más pesados que las mujeres. También es mucho más
divertido trabajar con mujeres porque con ellas es posible hacer cosas mucho más
locas. Los hombres siempre son eminentemente racionales y un poco primitivos en
sus medios de expresión. A las mujeres se les puede hacer llorar, reír, gritar y
un montón de cosas, mientras que con los hombres rápidamente todo se vuelve
aburrido. Sí, bueno, también están ahí, pero después ¿qué?"
"Al
hablar de mujeres, se pueden contar mejor las cosas. La mayoría de las veces,
los hombres se comportan tal como la sociedad espera de ellos, pero las mujeres
suelen nadar a contracorriente de las normas establecidas. Son más consecuentes,
más transparentes. Los hombres siempre hacen su papel y por tanto resultan menos
manejables dramáticamente."
(Sobre
sus actores) "Trabajo con ellos desde hace años. Los conozco y tengo con ellos
relaciones muy concretas que no son las de amo/esclavo. Discutimos mucho y
luego, en el momento de actuar, todo es exacto. De todos modos pienso que los
actores deben expresar los mismos sentimientos que en la vida. De esta forma,
por ejemplo, un arrebato de cólera en el escenario será el mismo que en la
calle. Esto implica que no pueden hacer un papel de composición, es decir, que
no esté relacionado con su personalidad (...) Mis actores significan."
"No
tengo una teoría general sobre la música en mis películas. Depende de cada una
de ellas (...) En lo que respecta al resto de los ruidos, hasta ahora todas mis
películas están postsincronizadas para poder seleccionar sólo aquellos sonidos
que tienen una importancia dramática. Ahí puede encontrar uno de los principios
del melodrama."
"Como
los demás, trabajo entre ocho y doce horas diarias sin hacer pausas.
Naturalmente, esto tiene una motivación psicológica anterior, pero no sé
exactamente cuál es. Por ejemplo, todo lo que vivo debo trabajarlo después para
tener finalmente el sentimiento de haberlo vivido."
"Cada
vez con mayor frecuencia tengo el sentimiento de que no quiero rodar más, que
voy a pararme durante un año, pero apenas ha pasado una semana no aguanto más:
me basta con leer algo en el diario o que me cuenten cualquier cosa para ponerme
en marcha, para hacer algo enseguida con ello, sin compromiso, sin miedo a una
cierta pérdida eventual... tengo que rodarlo inmediatamente aun a pesar de los
enormes riesgos económicos. Después de mis tres primeras películas, que se
rodaron sin dinero, sólo con deudas, si no hubiese continuado tal vez tendríamos
medio millón de marcos en deudas. Este riesgo lo he vuelto a asumir ahora con
Effi Briest. En esta película he invertido todo, absolutamente todo lo que he
ganado en los últimos tres o cuatro años. Forzosamente no debo recuperarlo todo,
sino sólo encontrar la posibilidad de ganarlo de otro modo. Y siempre he tenido
la ilusión de que esto continuaría."
"A
veces pienso un poco en aminorar mi ritmo de trabajo, pero al mismo tiempo
descubro que me es necesario el trabajo. De momento, proyecto hacer mi película
número treinta a los treinta años. Aunque he logrado muchas cosas a las que
aspiran los cineastas, he tenido más éxito y he ganado más dinero que la mayoría
de mis compañeros, esto no me hace más feliz cuando veo cómo vive la gente.
Cuando veo a la gente en las calles, en las estaciones, cuando veo sus casas y
sus vidas, me desespero y a menudo siento ganas de gritar. Frecuentemente se
reprocha el pesimismo de mis películas, pero pienso que hay razones suficientes
para ser pesimista, aunque no es así como yo lo veo ya que mis historias están
basadas en la idea de que la revolución no debe ocurrir en la pantalla, sino en
el exterior, en el mundo. Cuando muestro en la pantalla que las cosas van mal,
es para advertir a la gente de que seguramente van a seguir así si no cambian su
vida (...) Jamás intento reproducir la verdad en una película: mi intención es
sacar a la luz ciertos mecanismos de forma que la gente comprenda la necesidad
de cambiar su propia realidad."
"Que
debía hacer muchas películas ya lo sabía desde que era muy pequeño. Sólo puedo decirle que la primera toma que hice en mi
vida fue más estupenda que el orgasmo más estupendo que haya tenido jamás. Fue
una sensación indescriptible."
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