Querido José: Creo que la antítesis del romanticismo es la
frialdad, aún queriendo a la persona con la que eventualmente eres frío. El
romanticismo implica darle importancia a los detalles, tener una canción en
común, que al escucharla recuerde a la pareja sus mejores momentos, gozar de una
comida juntos, e ir por todo ello que describes en una película romántica.
Siguiendo tu línea de pensamiento, creo que olvidaste decir que siempre termina
en tragedia.
Lo zafio es lo grosero, y su antítesis es la educación, la cordialidad, el
buen trato, la tolerancia, la discreción, la prudencia. Paradógicamente, todos
estos atributos son los que aparecen en una pareja que deja de lado su
romanticismo. Cuando ya se trata de tolerar, ya hay ahí un síntoma de que algo
anda mal. Me entiendes? Tu ejemplo de la tortilla es exactamente de lo que
hablo.
Y tú no eres zafio, pero sí respeto tu derecho a serlo para cuando te
permitas ser grosero, y no para justificar tu falta de romanticismo ni tu
levantamiento de bandera en contra del mismo.
¿"Querer a mi manera"?; ¿"Que te quieran a la manera de quien te quiere"?
¿Qué es eso? El querer es una construcción, que implica un pacto diario de
fidelidad al compromiso. En algún momento se convierte en amor. Lo que yo creo
es que si uno/a no desea hacer ese desgaste de energía, por qué no gozar del
romanticismo mientras dure ...
Beso, BC.
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