Brown no quería ya a Cony, le aterraba oír esta frase en sus
propios labios, el día que pudo al fin decírsela a su psicoanalista se quedó
sorprendido, después de cinco años el tiempo había hecho su trabajo silencioso,
al principio imperceptiblemente y luego más deprisa, se oyó decir la frase aún
sin pensarla, como un acto involuntario, como si estuviera respirando, sin
esfuerzo alguno, sin pena, sin alegría alguna tampoco, quizás sólo algo de
tristeza, de nostalgia por lo que pudo haber sido y no fue por culpa de Cony,
aunque ahora Brown se alegraba de no haber llegado a nada con ella nunca,
francamente no parecía alguien muy recomendable, el tipo de persona que puede
olvidarse tan fácilmente de los sentimientos compartidos, de los momentos de
intimidad, de las confidencias, de las esperanzas puestas en la otra persona,
de la afinidad, del cariño, de la ternura, de todo se olvidó Cony apenas se
separaron y después de más de cinco años mejor no volverla a ver nunca ni saber
nada de ella, ni siquiera le importaba lo que hubiera sido de su vida, le era indiferente
como si se tratara de alguien que pasa por la calle y ni miras siquiera al
pasar.
Cony siempre fue un misterio para Brown, con frecuencia
Brown se preguntaba qué papel había jugado él en la vida de Cony pero no
lograba ni siquiera pensar si realmente había jugado algún papel, más bien
debió de ser poco más que irrelevante, un pobre loco que se enamora de alguien
que no le ama, que le rechaza, que le ignora, que se olvida de él, o mejor
decir que nunca realmente llegó a acordarse de él más. Para Brown fue dura esa
cruel indiferencia, le hizo mucho daño, sobre todo porque provenía de la
persona que él amaba, respetaba, admiraba, de la persona junto a la que le
hubiera gustado pasar el resto de su vida.
Pero ahora todo eso había pasado, eso creía él al menos que
vivía tranquilo retirado de la vida, eso creía hasta que un buen día Cony reapareció…
...Brown aún se excitaba al recordar cómo ella se ponía el traje de enfermera para hacer el amor cuando se quedaban solos en el despacho de Brown por las tardes, en el gran edificio de oficinas de la empresa, Wellness, el mayor emporio hotelero de Vancouver...
(continuará)
Brown desde Vancouver
Próximas entregas:
2 - La puta barata de Cony.
3 - La mayor enemiga de Cony era Tipi.
4 - Los botines rojos del jefe.
5 - Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
6 - También estaba Peny, el cubano.
7 - El marido de Cony.
8 - El reencuentro entre Cony y Brown.
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
Próximas entregas:
2 - La puta barata de Cony.
3 - La mayor enemiga de Cony era Tipi.
4 - Los botines rojos del jefe.
5 - Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
6 - También estaba Peny, el cubano.
7 - El marido de Cony.
8 - El reencuentro entre Cony y Brown.
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
me gusta mucho la historia!! ojala que la termine rapido!! *saludos desde colombia*
ResponderEliminarme gusta mucho la historia!! ojala que la termine rapido!! *saludos desde colombia*
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