En el diario El Tribuno de hoy leí el siguiente artículo:
Hoy en día, el corazón roto es
una condición médica reconocida: se da cuando una persona vive un choque
emocional estresante la muerte de una pareja, un divorcio o separación que
genera una enorme cantidad de adrenalina, metanefrina y serotonina, esto causa
una conmoción real en el corazón, similar a un ataque cardíaco. Los síntomas de
la misma son semejantes a los del síndrome coronario agudo: dolor en el pecho y
falta de aliento.
A esta condición se la llama
síndrome del corazón roto o cardiopatía de Takotsubo. Suele afectar a las
mujeres, especialmente a aquellas que están en la menopausia, aunque lo cierto
es que nadie se libra de un corazón roto.
Lo bueno de este síndrome es
que tiene solución, y aunque pueda parecer doloroso tanto física como
emocionalmente, los síntomas desaparecen en unas semanas.
Esta puede ser una de las
razones por las que duele tanto el desamor: porque realmente hay una parte
física en el asunto. Todos sabemos que muchas veces las emociones pueden afectar
la salud física: esto se debe a que el dolor es la forma en que el cerebro
responde a los problemas, ya sean físicos o emocionales para intentar
solucionarlos y recuperarse lo antes posible.
Cuando experimentamos el
desamor, la depresión causa un barrera para que no podamos sentir y vivir la
vida plenamente, con variedad de sensaciones y emociones, así como también con
algunos síntomas de dolor físico. El sentir que se pierde una parte de uno mismo
cuando se pierde al ser amado puede sonar trágico y exagerado, pero en cierto
punto es cierto.
En muchos casos, las personas
tienen un sentimiento como si estuvieran perdidos o aislados, y esto se debe a
cambios en el cerebro y en el flujo de la sangre en el mismo. En la corteza
cingulada anterior, la responsable de la regulación del dolor físico y
emocional, hay más actividad. Por eso, las personas deprimidas, sea por la razón
que sea, suelen sentir más dolor físico también, corriendo mayores riesgos de
desarrollar, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares.
El amor tiene diferentes
etapas y algo similar ocurre con el desamor, que tiene diversas fases por las
cuales el cerebro va regulando la depresión y los otros sentimientos que van de
la mano. De allí que tal vez la única esperanza en ese momento es dejar pasar el
tiempo y permitir que el cuerpo regule naturalmente nuestros sentimientos. La
famosa frase “el tiempo lo cura todo”, tiene pues su sustento científico, para
consuelo de quienes están sufriendo por amor.
Beatriz de Goytia
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