domingo, 30 de junio de 2013

11+1 reflexiones sobre el espíritu por José Ramón Carballo.




11+1 reflexiones sobre el espíritu.

-          Me pareció ver la sombra de un fantasma, como de un espíritu que pasó rápidamente y se marchó, alguien de otro mundo que vino a advertirme de algo que va a suceder en el futuro, me pregunto qué será…

-          Tengo la casa llena de espíritus, se han subido al techo como globos aerostáticos, el perrito mira al techo como si les viera moverse, me hacen compañía estos espíritus ocupas, son como mi familia espiritual, nunca mejor dicho.

-          Me hablan los espíritus en un idioma inaudible, lleno de silencios que no logro entender, estoy tan habituado a las palabras que soy incapaz de comprenderlos, me pregunto si ellos serán capaces de comprenderme a mí y si me verán, tal vez ellos tampoco me vean y no sea para ellos más que un espíritu yo también.

-          Ya se han ido, los espíritus habitan en la luz de la tarde, en cuanto dejas la puerta abierta desaparecen, vuelven al reino de los muertos en el que habitan, vuelven a la negra noche a la que pertenecen, su mundo es la sombra, en la luz no perviven.

-          Los espíritus son mis mejores amigos, sólo con ellos logro tener una comunicación realmente espiritual, valga la redundancia. En esta foto podéis ver si os fijáis bien a uno de ellos que logré fotografiar antes de que se marchara, él es mi mejor amigo, no se siente bien entre los espíritus igual que yo no me siento bien entre los vivos, por eso nos hemos hecho amigos.

-          Me pregunto si mi amigo el espíritu será en realidad mi propio espíritu.

-          Mi espíritu es como la luz aprisionada en la pantalla de una lámpara.

-          Mi espíritu ilumina fuera pero donde más ilumina es dentro.

-          Mi espíritu es como un ojo que todo lo ve.

-          Mi espíritu es como una mano que todo lo quiere acariciar.

-          Mi espíritu es como unos zapatos con los que caminar los caminos del mundo.

-          Yo soy una persona muy espiritual, o por mejor decir un espíritu cada día menos corpóreo.

El paseante

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