Mi padre tuvo uno igual en los años 60, bueno, exactamente igual no, el nuestro era verde, un verde oscuro muy bonito...
De vez en cuando había que parar para echarle agua porque se calentaba.
Madrid directo, domingo por la mañana paseando a Lobi por los arrabales de Madrid, un señor reparaba el motor de un Seat Seiscientos, quedé asombrado de ver semejante maravilla mecánica en perfecto estado de conservación, le pedí permiso para hacer una foto, dicho y hecho, muchas gracias.
Testimonio gráfico de primera mano. En exclusiva.
El coche es de coleccionista, impecable, se pueden comer sopas en el motor, y qué bonito, parece como una máquina de coser, el Seiscientos tiene un motor como de máquina de coser, y suena a máquina de coser, siempre que he conducido uno me parecía que iba por la carretera con la aguja enhebrada pespunteando el asfalto.
Singer, parece una máquina de coser Singer, de las antiguas.
Yo viajaba de niño en el Seiscientos de mi padre, nos íbamos por ejemplo hasta Sevilla en pleno verano, como si tal cosa, ni aire acondicionado, ni reposacabezas, ni cinturones de seguridad, nada de nada, ni airbag, por supuesto, a pelo, era como ir pedaleando, mucho calor, se pasaba mucho calor, pero yo me quedaba dormido nada más subir, en aquel viaje a Sevilla vino mi abuela con nosotros, eso era garantía de quedarme dormido a la primera, le pedía a mi abuela si me dejaba apoyar la cabeza en su regazo, el mejor reposacabezas, y me quedaba frito, me desperté ya en Sevilla, ni me enteré del viaje y llegué superdescansado, como una rosa.
Esos fueron tiempos gloriosos de los inicios de la automoción en España que yo viví como testigo de excepción.
Mi padre antes del Seiscientos, de soltero, tuvo moto, primero una Lube, "la Lube como ninguna, pregunte a quién tenga una", made in Baracaldo, y después ya de novio de mi madre, se compró una Vespa, con la Lube se fue de viaje hasta Francia y sin luces, que se le fundieron, todo el viaje de noche a oscuras, heroico, y con la Vespa una vez mi madre se le cayó en una curva por Madrid, debió tomarla muy cerrada, lo malo es que mi madre estaba ya embarazada de mí, bueno, pues yo me caí también de la Vespa, así he salido, medio tonto, según dice siempre mi padre.
Mi tío tenía otra Vespa, cuando fue a presentar a mi tía al Pueblo, en la provincia de Jaén, de vuelta, en una cuesta abajo infinita, se dio cuenta de que había perdido los frenos, mi tía le decía: Pedro no hace falta que corras tanto. Él no decía nada por no asustarla pero iba rezando, nada más presentar a la novia a la familia y todo se iba a ir al traste, qué pena...
Afortunadamente la cuesta abajo terminó y comenzó la cuesta arriba, a la mitad de la subida la moto se detuvo, y mi tía le dice: tanto correr y ahora paras, no te comprendo...
Cosas de la automoción en aquellos años.
Mi padre después del Seiscientos tuvo un Seat 124, eso ya era todo un lujo, llevaba cinturones de seguridad, pero sólo en los asientos delanteros.
Después un Seat 1430-1800 sport, con asientos de terciopelo, reposacabezas, el cambio de marchas mejor que nunca he manejado, y el motor Fiat potente como un Pegaso, toda una "machina" como dicen los italianos. Deus ex machina.
Bueno, pues luego los coches dejaron de llevar cromados y ése fue el fin de la automoción de prestigio, el plástico acabó con el señorío de aquellos primeros vehículos de los tiempos heroicos de la automoción.
Mi mecánico siempre dice que la automoción debería haberse quedado parada en el Seiscientos, era suficiente, buena mecánica, velocidad moderada, poco consumo, bajo mantenimiento.
Mi mecánico es un poco mayor, bueno, de hecho ya se ha jubilado y no sé donde llevar el coche, no me fío, ya no hay mecánicos como él.
Una pena.
el paseante
De vez en cuando había que parar para echarle agua porque se calentaba.
Madrid directo, domingo por la mañana paseando a Lobi por los arrabales de Madrid, un señor reparaba el motor de un Seat Seiscientos, quedé asombrado de ver semejante maravilla mecánica en perfecto estado de conservación, le pedí permiso para hacer una foto, dicho y hecho, muchas gracias.
Testimonio gráfico de primera mano. En exclusiva.
El coche es de coleccionista, impecable, se pueden comer sopas en el motor, y qué bonito, parece como una máquina de coser, el Seiscientos tiene un motor como de máquina de coser, y suena a máquina de coser, siempre que he conducido uno me parecía que iba por la carretera con la aguja enhebrada pespunteando el asfalto.
Singer, parece una máquina de coser Singer, de las antiguas.
Yo viajaba de niño en el Seiscientos de mi padre, nos íbamos por ejemplo hasta Sevilla en pleno verano, como si tal cosa, ni aire acondicionado, ni reposacabezas, ni cinturones de seguridad, nada de nada, ni airbag, por supuesto, a pelo, era como ir pedaleando, mucho calor, se pasaba mucho calor, pero yo me quedaba dormido nada más subir, en aquel viaje a Sevilla vino mi abuela con nosotros, eso era garantía de quedarme dormido a la primera, le pedía a mi abuela si me dejaba apoyar la cabeza en su regazo, el mejor reposacabezas, y me quedaba frito, me desperté ya en Sevilla, ni me enteré del viaje y llegué superdescansado, como una rosa.
Esos fueron tiempos gloriosos de los inicios de la automoción en España que yo viví como testigo de excepción.
Mi padre antes del Seiscientos, de soltero, tuvo moto, primero una Lube, "la Lube como ninguna, pregunte a quién tenga una", made in Baracaldo, y después ya de novio de mi madre, se compró una Vespa, con la Lube se fue de viaje hasta Francia y sin luces, que se le fundieron, todo el viaje de noche a oscuras, heroico, y con la Vespa una vez mi madre se le cayó en una curva por Madrid, debió tomarla muy cerrada, lo malo es que mi madre estaba ya embarazada de mí, bueno, pues yo me caí también de la Vespa, así he salido, medio tonto, según dice siempre mi padre.
Mi tío tenía otra Vespa, cuando fue a presentar a mi tía al Pueblo, en la provincia de Jaén, de vuelta, en una cuesta abajo infinita, se dio cuenta de que había perdido los frenos, mi tía le decía: Pedro no hace falta que corras tanto. Él no decía nada por no asustarla pero iba rezando, nada más presentar a la novia a la familia y todo se iba a ir al traste, qué pena...
Afortunadamente la cuesta abajo terminó y comenzó la cuesta arriba, a la mitad de la subida la moto se detuvo, y mi tía le dice: tanto correr y ahora paras, no te comprendo...
Cosas de la automoción en aquellos años.
Mi padre después del Seiscientos tuvo un Seat 124, eso ya era todo un lujo, llevaba cinturones de seguridad, pero sólo en los asientos delanteros.
Después un Seat 1430-1800 sport, con asientos de terciopelo, reposacabezas, el cambio de marchas mejor que nunca he manejado, y el motor Fiat potente como un Pegaso, toda una "machina" como dicen los italianos. Deus ex machina.
Bueno, pues luego los coches dejaron de llevar cromados y ése fue el fin de la automoción de prestigio, el plástico acabó con el señorío de aquellos primeros vehículos de los tiempos heroicos de la automoción.
Mi mecánico siempre dice que la automoción debería haberse quedado parada en el Seiscientos, era suficiente, buena mecánica, velocidad moderada, poco consumo, bajo mantenimiento.
Mi mecánico es un poco mayor, bueno, de hecho ya se ha jubilado y no sé donde llevar el coche, no me fío, ya no hay mecánicos como él.
Una pena.
el paseante
Yo tambien tuve un Seat 600. Pero no era un 600 cualquiera, el mio tenia pedigri. Se lo compre hace unos años a un conocido aristocrata, cuy6o nombre no conviene revelar. Era de color verde ingles. Tanto los asientos como el techo habian sido tapizados por Pepe Peñalver....con cuadros escoceses bastante llamativos. Se lo compre al aristocrata tras una tertulia de cafe, con la finalidad de regalarselo a uno de mis amantes, que pretendia sacarse el carnet de conducir, y requeria un coche pequeño y facil de llevar. Y finalmente rompi con tal amante y lo regale nuevamente, a un vecino mio, muy jovencito e interesado en la mecanica del automovil.
ResponderEliminarPero fueron pasando los meses y no consegui trasferir el 600 de forma legal. Tenia tantas deudas y embargos el referido aristocrata, que lo mejor era dejar el vehiculo a su nombre. Este personaje, emparentadisimo con la casa real, casi no cabia en el 600. Durante los ultimos años tal aristocrata habia utilizado el vehiculo exclusivamente para desplazarse desde su regio domicilio al cuarto oscuro de un club gay, situado en la calle de Pelayo, en Madrid. Salia disfrazado por las noches con una indumentaria de cuero negro, pensando que de este modo nadie le reconoceria. Su cabeza sobrepasaba la altura del techo del 600, por lo que debia de llevar el cuello bastante curvado.
Y no contare mas.... que la realeza no esta como para sacar mas trapos sucios.....pero solo anticipo una pista....este ilustre aristocrata tiene la mayor coleeccion de fotos del rey travestido....¿?
Una primicia para tu blog, JR. Lo de la amante alemana ya esta superado.....vendran emociones mas fuertes a revelarnos facetas desconocidas de la realeza.....(continuara)