La empanadilla de manzana de la tahona de mi pueblo, exquisita, sublime, excelsa, te hace subir hasta el cielo, tocar las nubes, acariciar los rayos del sol y bajar a la tierra para probar otro bocado, y otra vez para el cielo, la empañadilla de manzana es como un jet supersónico que te eleva por el firmamento una y otra vez, es mágica.
He hablado muy seriamente con el panadero en varias ocasiones y le he preguntado si pone en el relleno de manzana algún alucinógeno, y me ha asegurado siempre entre risas que no pone nada más que un toque de canela.
Exquisita, sublime, excelsa, paranoica, la empanadilla de manzana de la tahona de mi pueblo es el mejor alucinógeno, sin dudarlo.
¿Os gustaría probarla, verdad?
el paseante
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