Tampoco quiero dármelas de listo, ni mucho menos, pero hay cosas que se caen por su propio peso, es evidente, y una de ellas es la vida, pero si la vida es algo que se cae por su propio peso me pregunto que nos queda, es como decir que la vida no es lo que parece, o que la vida no vale la pena, o que la vida es un engaño, o que es una farsa, una entelequia, un absurdo, un sinsentido, algo inexplicable, sin finalidad alguna, solamente un acontecimiento biológico, poco más.
Inaguantable, no es de recibo algo así para el rey del
universo, el hombre, el hombre que se cree dueño y señor de la tierra, el
hombre que habla con Dios, el hombre que tiene un alma inmortal, el hombre
necesita un sentido a la vida, no le sirve sólo vivir y morir, ser sin más
durante un periodo de tiempo un ser vivo más, no es suficiente.
De ahí las filosofías, las religiones, las ideologías, las
legislaciones, los sistemas políticos, los Estados, de ahí las doctrinas, las
ideas, los valores, las creencias, de ahí la lucha, el poder, la guerra, la
injusticia, la opresión, la pobreza, el sacrificio del hombre por el propio
hombre, las ideas matan al hombre de una manera indirecta, los hombres son
exterminados por ideas, por ideas equivocadas que defienden otros hombres en la
creencia de que son lo mejor para todos.
Decidir es equivocarse siempre en la parte de realidad que
es sacrificada, toda elección es una opción por una alternativa en contra de
otras posibles, y no es fácil el entendimiento entre intereses contrapuestos,
al final supondrá sacrificar intereses y vidas, sacrificar otros seres vivos,
sacrificar la naturaleza, condenar a la pobreza y la muerte a otros hombres.
Cada uno dejándonos llevar por la situación y estando donde
estamos sin más, somos copartícipes por inacción y comodidad de ese status
quo que hace que vivamos sobre la explotación y el exterminio de una gran parte
de la humanidad, de la vida y del planeta.
El paseante
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