Hola: ¡buenos
días! Debo reconocer que no vi tu blog el día de Reyes, pero que sí les he
pedido dos cosas: 1) lo que tú quieres ... los dos sabemos qué es. 2) que me
lleven a España, ya, a cualquier pueblo. Ya no quiero estar aquí, ha pasado mi
etapa aquí, nadie me necesita aquí. Y me gusta España. He postulado para varios
trabajos y espero con paciencia. Ojalá este año cambie mi vida.
Te felicito
por todo lo que nos subiste al blog en este período que va ya transcurriendo
del 2014. Eres tan realista, tan desinhibido, tan frontal, tan sincero, tan
gracioso, tan simpático, y tan informado y generoso. Aprendo mucho contigo y me
gusta que me lo enseñes tú, con tu enfoque, desde tu sitio, con tu sentido del
humor, con tu sentido del drama, con todo aquello con lo que condimentas los
comentarios.
Me siento
muy bien cuando recuerdas a tus amigas. Eres un Rey para quien haya pasado por
tu vida, realmente se sienta importante.
En algunos momentos salí a jugar con mis perras, que me aman cuando les escondo sus
juguetes y se pasan un rato buscándolos. La más grande comprende el juego, pero
la menor, cachorra aún, busca un rato y cuando no los encuentra, me embiste, me
tira del vestido, o del pijama, para que le devuelva lo suyo. Tiene razón pero
debe aprender que es un juego. Observo que la mayor se esfuerza en enseñarle:
muy divertida la maestra pero se decepcionada en cada rato.
Entre las tres tenemos otro juego: consiste en que yo arrojo un juguete a
mí jardín y quien lo recoge primero, viene a luchar conmigo para que se lo
saque, aflojando en algún momento para que yo lo pueda volver a arrojar. Kiwi lo
entiende perfecto, pero Candy cree que el juego es quitarme el juguete y
llevárselo a su sitio preferido. Con Kiwi nos hemos sentado y se lo hemos
explicado. La atamos con su correa para que observe. Le hicimos gráficos, y un
power point para que lo vea funcionar, pero Candy no lo comprende. Con Kiwi la
lucha es para darme su juguete a fin que yo lo tire lo más lejos posible y ella
pueda correr a su aire hasta dar con él. Con Candy la lucha es para no darme su
juguete y sacármelo lo más rápido que pueda para esconderlo ella, en el perfecto
entendimiento que es suyo.
Siempre súmame en el conteo de visitadores del blog, porque yo lo veo, casi a diario, pero no comento sobre el mismo. Tengo el lujo de tener correo privado contigo. Gracias a Dios que te recuperé, amigo!!!
Te quiero
mucho y te extraño más. Beso, BC
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