miércoles, 15 de enero de 2014

Hola: ¡buenos días!



Hola: ¡buenos días! Debo reconocer que no vi tu blog el día de Reyes, pero que sí les he pedido dos cosas: 1) lo que tú quieres ... los dos sabemos qué es. 2) que me lleven a España, ya, a cualquier pueblo. Ya no quiero estar aquí, ha pasado mi etapa aquí, nadie me necesita aquí. Y me gusta España. He postulado para varios trabajos y espero con paciencia. Ojalá este año cambie mi vida.

Te felicito por todo lo que nos subiste al blog en este período que va ya transcurriendo del 2014. Eres tan realista, tan desinhibido, tan frontal, tan sincero, tan gracioso, tan simpático, y tan informado y generoso. Aprendo mucho contigo y me gusta que me lo enseñes tú, con tu enfoque, desde tu sitio, con tu sentido del humor, con tu sentido del drama, con todo aquello con lo que condimentas los comentarios.

Me siento muy bien cuando recuerdas a tus amigas. Eres un Rey para quien haya pasado por tu vida, realmente se sienta importante. 


En algunos momentos salí a jugar con mis perras, que me aman cuando les escondo sus juguetes y se pasan un rato buscándolos. La más grande comprende el juego, pero la menor, cachorra aún, busca un rato y cuando no los encuentra, me embiste, me tira del vestido, o del pijama, para que le devuelva lo suyo. Tiene razón pero debe aprender que es un juego. Observo que la mayor se esfuerza en enseñarle: muy divertida la maestra pero se decepcionada en cada rato. 

Entre las tres tenemos otro juego: consiste en que yo arrojo un juguete a mí jardín y quien lo recoge primero, viene a luchar conmigo para que se lo saque, aflojando en algún momento para que yo lo pueda volver a arrojar. Kiwi lo entiende perfecto, pero Candy cree que el juego es quitarme el juguete y llevárselo a su sitio preferido. Con Kiwi nos hemos sentado y se lo hemos explicado. La atamos con su correa para que observe. Le hicimos gráficos, y un power point para que lo vea funcionar, pero Candy no lo comprende. Con Kiwi la lucha es para darme su juguete a fin que yo lo tire lo más lejos posible y ella pueda correr a su aire hasta dar con él. Con Candy la lucha es para no darme su juguete y sacármelo lo más rápido que pueda para esconderlo ella, en el perfecto entendimiento que es suyo.

Siempre súmame en el conteo de visitadores del blog, porque yo lo veo, casi a diario, pero no comento sobre el mismo. Tengo el lujo de tener correo privado contigo. Gracias a Dios que te recuperé, amigo!!!

Te quiero mucho y te extraño más. Beso, BC

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