miércoles, 8 de enero de 2014

Mis conversaciones con Woody (38). La cápsula espacial.




-          Woody, ¿quieres que te cuente otra historia de mis navidades?

-          Vale.

-          ¿Algún tema en particular?

-          La noche de reyes.

-          De acuerdo, buen tema…, creo que la esencia de la vida es la noche de reyes, es decir, la ilusión, la imaginación, la fantasía, la sorpresa, la expectativa, la generosidad, el deseo, eso es para mí la vida cuando es auténtica.

-          Es verdad, yo lo sé por mis películas, cuando más me ilusiono es cuando no sé bien lo que va a resultar, lo imprevisto siempre es lo mejor.

-          Lo imprevisto nos hace crecer Woody, aún recuerdo las navidades que pedí a los reyes un cohete espacial y me trajeron una cápsula espacial.

-          ¿Y qué pasó?

-          Menudo disgusto, el cohete era un juguete ya de adulto y la cápsula, que aún conservo, era un juguete infantil, mis padres me veían con ojos diferentes a  los míos, yo no me consideraba ya un niño, pero para ellos seguía siéndolo.

-          Aquel cohete que nunca tuve es uno de mis traumas infantiles, yo miraba la cápsula y trataba de convencerme de que era mejor que el cohete, pero todo era inútil, aquel cachivache con muñequitos era insufrible para mis pretensiones de adulto.

-          Fue mi primera frustración seria, tuve que superarla como pude y gracias a aquella cápsula maduré y me empecé a convertir en el adulto que yo creía ya ser y que aún no era.

-          Hiciste un análisis muy maduro jr.

-          Di mejor que hago ahora un análisis muy maduro porque en aquellos momentos lo único que trataba es de borrar la cápsula de mi mente, pero reaparecía siempre…

-          ¿Aún hoy?

-          Hoy no reaparece la cápsula, ya no, ha habido tantos cohetes y cápsulas después de esos…

-          Te comprendo jr, sé lo que sientes.

-          Gracias Woody.


(continuará)


El paseante


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