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¿Estás bien jr?
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Perfectamente.
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¿Qué tal la navidad?
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Bien, bien, muy bien, tranquilo, en familia,
disfrutando de las fiestas, con mis mascotas, leyendo, pintando, pensando…
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Suena idílico jr.
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También fui al pueblo.
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¿Qué tal tiempo hizo?
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Muy bueno, en manga corta, alucinante, la gente
de allí estaba muy enfadada, no es bueno para el campo, en cada estación debe
hacer lo propio para que las cosechas sean buenas.
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¡Qué cosas sabes jr!
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Pues uno aprende, eso es la vida.
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Ya…
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¿En qué piensas Woody?
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No, no, en nada en particular.
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Estás pensando en algo, no me engañes…
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Bueno, pensaba en la fugacidad de la vida, la
navidad siempre me hace pensar en la fugacidad de la vida.
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El sentido último de la vida es su fugacidad.
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¿No te resulta triste?
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Triste, no sé, hay que ver las cosas en
perspectiva, de una manera no material sino espiritual, el espíritu nunca se
extingue, es eterno, su tránsito por la vida es pasajero pero él es eterno.
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Creo que ése es el sentido profundo, el mensaje
último de la navidad. Piénsalo, Woody.
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Lo estoy pensando, sabes, creo que la fe ayuda
mucho en la vida, te da otra perspectiva, te tranquiliza, es como una terapia
psicológica.
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Algo así, pero no sólo eso, es más, mucho más.
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¿Más?
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No sé explicarlo pero es más que un mero
instrumento, es una profunda convicción.
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Una convicción.
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La única convicción Woody, la única…
(continuará)
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