Estamos en un bello
pueblo de la Alcarria, en España, visitando al premio Nobel de literatura José
Ramón Carballo que ha tenido la gentileza de recibirnos para realizar esta
entrevista, el lugar es de ensueño, parece salido de un cuento, no parece real,
de tan bellos como son el pueblo y los paisajes que le rodean parece todo
salido de la paleta de colores de un pintor impresionista, cuesta creer realmente
que se trate de algo real y que todavía haya lugares así en el mundo, en el
corazón de la vieja Europa, de la vieja España.
José Ramón nos recibe
muy sonriente, ataviado con un polo color rojo y unas bermudas de color gris,
lleva consigo dos perritos que parecen campar a sus anchas en tan hermoso
paraje, nos alejamos del pueblo internándonos por la Cañada Real Galiana, una
vía secular que en tiempos era el camino de la trashumancia y comunicaba España
con las Galias, ahora la Cañada es un camino rural que permite practicar
senderismo, montar a caballo o en bicicleta, hacer footing, o pasear tranquilamente
que es lo que vamos a hacer nosotros
mientras charlamos.
Paseante: Le veo muy sonriente Sr. Carballo, realmente
parece muy feliz de ser premio Nobel de literatura, ¿puede decirse que su vida
ha cambiado?
JRCL: Ni ha cambiado ni cambiará, eso espero, pienso seguir
siendo el mismo, no puedo evitarlo, seguiré huyendo de la fama, de las
multitudes, de los medios de comunicación, seguiré siendo un solitario, no
puedo evitarlo, así es como me siento bien y vivo de acuerdo a mi esencia, si
fuera diferente no hubiera podido realizar mis escritos, escribir mis poemas o
pintar mis cuadros, e igualmente mis fotografías.
El paseante: Se le ve muy joven, demasiado joven tal vez para
ser ya premio Nobel.
JRC: Parezco en realidad más joven de lo que soy, en
realidad ya tengo 53 años, simplemente me conservo bien, procuro cuidarme,
estar en contacto con la naturaleza, tener una alimentación adecuada, hacer
algo de ejercicio físico, y mantenerme en contacto con mi esencia, con la
fuente de energía que me conforma y da la vida a todos los niveles, procurando
ser coherente conmigo mismo y con el entorno.
El paseante: Coherencia…, curiosamente es el aspecto que más
se ha destacado tanto de su compromiso social como de su obra…
JRCL: Así es, y creo que es cierto, me considero una persona
coherente, a veces no es fácil conseguir el equilibrio pero creo que hay que
intentarlo, o más que intentarlo propiciarlo, poner los medios para que surja.
El paseante: Hablemos de su obra Sr. Carballo, de sus
comienzos, del exitoso blog Las ensoñaciones
del paseante solitario que le catapultó a la fama a nivel mundial.
(continuará...)
JRCL: La verdad es que el blog es el manantial de
inspiración que no cesa, una ventana al mundo, a los demás, un canal de
comunicación, es increíble el poder de Internet, me he quedado sorprendido
cuando he podido experimentarlo, el blog me ha dado a conocer.
El paseante: Pero detrás del blog había algo importante, quiero
decir que el blog sin contenido, sin algo interesante detrás no hubiera servido
de nada.
JRCL: Claro, por supuesto, yo era un volcán que estaba
esperando la erupción, yo era como el Vesubio, y el blog lo que hizo fue abrir
la boca del volcán y que todo eso saliera, se desbordara y los demás pudieran
conocerlo. Yo vomito mi arte a través del blog cada día.
El paseante: Hay por tanto, según veo, un antes y un después
del blog para usted, en su vida quiero decir.
JRCL: Por supuesto, sin el blog no me hubiera completado, al
fin y al cabo un artista siente la necesidad de compartir lo que hace con los
demás y eso le motiva, espolea su imaginación, multiplica su creatividad.
El paseante: ¿Y eso por qué es así?
JRCL: No lo sé, me lo he preguntado con frecuencia pero no
lo sé, es una necesidad del temperamento artístico.
El paseante: ¿Vanidad tal vez, necesidad de reconocimiento?
JRCL: No lo creo, yo hablaría más bien de generosidad, el
artista por naturaleza es magnánimo, como un prolífico dios que te deslumbra
con su creación, piense si no en un Dalí, en un Picasso, en un Proust, piense
en cualquiera de los grandes, enfréntese a su obra, sentirá como una fuente que
no deja de manar, un mundo propio creado por ellos, un universo personal que
revierte todo su poder a los demás, devolviéndoles una visión del mundo que les
enriquece, les hace más sabios, les reconforta.
El paseante: Todo eso está muy bien pero supongo que es difícil
abrirse camino.
JRCL: La verdad es que no me planteé nunca abrirme camino,
no tenía ninguna ambición en ese sentido, por eso la llegada del blog a mi vida
fue providencial, se había inventado la rueda, ya podía desplazarme y me puse a
rodar sin pensar en finalidad alguna, fue algo intuitivo como un bebé que echa
a andar.
El paseante: ¿Le resultó fácil?
JRCL: Facilísimo, aquello estaba predestinado para mí, era
como respirar, algo que hacía involuntariamente, que algo hacía a través de mí,
una fuerza superior que crea a través de mí y de la que yo soy sólo un
instrumento.
El paseante: Eso que dice es muy bonito, descarta pues todo
mercantilismo en su arte.
JRCL: Descarto todo lo que limite conjugar el verbo
“compartir”, me gusta ser generoso, piense que yo soy lo que soy gracias a la
generosidad de todos los que me antecedieron, todos aquellos que me abrieron
los ojos a un mundo nuevo, diferente, mejor, a una nueva dimensión, yo quiero
contribuir, ser un eslabón más en la cadena y pasar el testigo. Internet sólo
sabe de generosidad.
El paseante: Bonito.
JRCL: Bonito, sabio, necesario, es el progreso, el progreso
de las ideas, del pensamiento, de la razón, de la belleza…
El paseante: Por ahora nos quedamos con estas bellas palabras,
rodeados de esta naturaleza que emociona con su mensaje de paz, de armonía y de
eterna belleza, continuaremos esta entrevista con nuestro premio Nobel de
literatura José Ramón Carballo en otro momento si él no tiene inconveniente. En
estos paseos de ensoñaciones solitarias, con este mensaje que parece una vuelta
al pensamiento de la ilustración, de los enciclopedistas, de Rousseau.
JRCL: Para mí será un placer poder compartir mi tiempo con
vosotros siempre, y compartir igualmente mi pueblo, el lugar donde están mis
raíces, el lugar desde el que me abro al mundo.
El paseante: Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario