Esta noche he soñado que me daban el premio Nobel de
literatura, el rey de Suecia me entregaba el premio y me estrechaba sonriente
la mano, yo subía al estrado para pronunciar mi discurso de agradecimiento pero
no podía contener la emoción y rompía a llorar, al día siguiente era noticia en
todo el mundo “spanish Nobel crying”. Me pregunto si se tratará de un sueño
premonitorio o si en realidad será algo pronto para pensar en el Nobel, por
otro lado últimamente el Nobel se lo dan a cualquiera, quiero decir que
seguramente yo tenga más categoría que el Nobel, tal vez debería rechazarlo
cuando me lo den, eso sería un bombazo aún mayor que ir a recogerlo y echarme a
llorar, me pensaré lo que hago, de momento seguiré escribiendo, la vanidad no
me interesa demasiado por ahora, la vanidad es el refugio de los incapaces.
Escribo porque me divierte no para que me den el premio
Nobel ni ningún otro premio, no necesito que nadie crea en lo que hago, con
creer yo me basta, pero lo cierto es que cada día gustan más mis escritos y a
más gente. Gracias.
Prefiero pasar un rato con mis mascotas a recibir el premio
Nobel, definitivamente yo soy más de las cosas sencillas, soy muy sencillo en
mis gustos, la verdad es que el tema Nobel ha venido a perturbar un tanto mi
tranquilidad, mejor me voy olvidando del tema, no quiero sentirme presionado,
zapatero a tus zapatos…, como dice el refrán.
Pase lo que pase con mi carrera literaria no quiero
convertirme en una estrella mediática, lo tengo claro, yo escribo sólo para mí
y mientras me leen los demás…
Lo que sucede es que ahora que he pensado en el Nobel seguro
que el universo se pone a conspirar para que me lo den, menuda lata, veréis
como dentro de un tiempo me lo dan, tendré que ir ensayando las lágrimas…
And the
Nobel Price of literature goes to: José Ramón Carballo
López!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
He decidido aceptar el premio para donar el importe a una
organización protectora de los animales.
En realidad siento como si ya fuera premio Nobel de
literatura, no necesito que me lo den para sentir que ya me lo han dado.
El paseante
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