Tampoco es para tanto, no nos lo han dado, pues ya está, era
una de las posibilidades, que no nos lo dieran, como decía mi abuela no hay mal
que por bien no venga, nunca se sabe qué es mejor, todo es relativo, a priori
parece mejor ser sede de las Olimpiadas pero tal y como está la economía
debemos consolarnos al menos en que habrá menos gasto.
Hay que ser positivo, se ha hecho todo lo que se ha podido,
incluso más, se ha apostado fuerte, se ha luchado, el resultado es éste, justo
o injusto depende del que lo decide, de su criterio, lógico que a nosotros nos
parezca injusto, pero es que no somos objetivos obviamente.
Buscar culpables es una tontería, los culpables no están
dentro, están fuera, es el COI, son los que deciden, si se han hecho las cosas
mal o se podían haber hecho mejor es fácil decirlo ahora, si hubiéramos ganado
todo lo que se ha hecho nos parecería genial, todo depende del color del
cristal con que se mira, es lo que hay, unos se postulan y otros deciden, si
entras en el juego ya sabes a lo que te expones.
De todas formas la Alcaldesa tiene la negra, todo se le pone
en contra, no recibe nunca un respiro ni una buena noticia, por otro lado se ha
convertido en víctima propiciatoria, pero cualquiera en su lugar estaría
recibiendo las mismas o parecidas críticas, las mismas descalificaciones,
burlas, chistes fáciles.
No ayuda nada el mezclar fobias personales con
instituciones, guste más o menos Ana Botella es la Alcaldesa de Madrid, y creo
que será la primera interesada en que todo salga lo mejor posible, entre otras
cosas porque se juega su prestigio.
La opinión pública es un monstruo que todo lo devora, poco
análisis, pocos datos, mucha ligereza, análisis simplista, facilón…
No me gusta la injusticia venga de quién venga, soy defensor
de causas perdidas porque creo que son las mejores causas, generalmente las más
justas, por eso se pierden precisamente, lo tengo comprobado por propia
experiencia.
Por otro lado el proceso de elección de sede olímpica es un
tanto perverso, debería invertirse, debería ser el COI el que convenciera a los
organizadores y no al revés, el papel del COI es muy cómodo, hay que
agasajarles para convencerles, hacer méritos, ser brillantes, vender imagen.., ellos
son los que contemplan las piruetas esforzadas de los candidatos, se esfuerzan
poco cuando el beneficio es principalmente para ellos, ¿qué harían sin
candidatos?
Pero si entras en su juego ya se sabe a lo que te expones,
no te puedes llamar a engaño, las reglas del juego son las que son.
El mundo es así, unos ponen el aro y otros saltan, ¿pero qué
pasaría si un buen día los que saltan dejaran de saltar?, el aro ya no se
mantendría arriba, seguro.
el paseante madrileño
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