miércoles, 4 de septiembre de 2013

Diario de un paseante. Supongamos que me muero ahora mismo.




Diario de un paseante. Supongamos que me muero ahora mismo.

Supongamos que me muero ahora mismo, sí, ahora mismo, bueno ahora mismo no, dentro de un momento, antes me tiene que dar tiempo a hacer balance de mi vida.

Vamos a ello, en primer lugar vine a este mundo sin ninguna expectativa, como por venir, algo forzado, engañado, suponiendo tal vez que esto iba a ser mucho mejor, para empezar nadie me preguntó, ni informó sobre lo que aquí había, ni me dijo que venir aquí no era algo definitivo, sino transitorio, y que la duración de mi estancia aquí dependía de diferentes factores algo aleatorios, menudo lío, como para que te cuenten todo eso, nadie vendría, y si además te explican que esto es un valle de lágrimas con alguna que otra transitoria alegría pues peor que peor, yo sabiendo lo que sé ahora sobre el mundo y la vida no vendría por aquí ni loco.

Pero al final vine, mis recuerdos de mi llegada y de mis primeros años están bañados de una intensísima luz que deslumbra, luego esa luz fue apagándose, la vida hizo que se fuera apagando en mí, básicamente por las pérdidas, es como si uno llegará aquí millonario no sé bien de qué, de alegría, de buen humor, de entusiasmo, de optimismo, de confianza, de salud, de fuerza, de belleza, de amor, y como si uno fuera con los años apagándose poco a poco, luego según aquella luz va despareciendo hasta casi extinguirse surge potente su recuerdo y es como si la luz volviera a nosotros al final de la vida, a recogernos de nuevo y a llevarnos con ella.

Lo que no entiendo bien es de qué sirve la experiencia que vivimos aquí abajo el tiempo que estamos, eso no acabo de verlo, las religiones lo tratan de explicar de diferentes maneras un tanto forzadas a mi entender, en lo que todas coinciden más o menos es en que provenimos de esa luz o energía y a ella volvemos, y la llaman Dios de diferentes maneras, bueno, es mi percepción de las cosas, más vale que todo esto tenga un sentido porque si no vaya negocio más absurdo la existencia, es por sí misma como un engañabobos sin más, como si quisieran jugar con nosotros utilizándonos como peones en el ajedrez de la vida, para divertirse a nuestra costa sin más, lo mismo todo esto tiene una explicación tan sencilla como que somos parte del juego del tetrix de algún dios de por ahí que anda aburrido perdido en el universo y se entretiene jugando con nosotros.

Vuelvo a mi balance personal, pero es que hay tan poco que decir que sea relevante en realidad, lo cierto es que lo más importante de mí son mis aficiones, la pintura, la escritura, la fotografía, el cine, el teatro, el arte en general, resulta curioso que algo que comenzó como por comenzar, por matar el mortal aburrimiento que me producía la vida desde niño, sea con los años la columna vertebral de mi vida, de lo que me siento más satisfecho y más realizado, lo único que quedará cuando me haya ido dentro de un momento al más allá.

Y así es sin duda, ésa era sin dudarlo mi esencia, y tenía que salir de alguna manera y por algún lado porque a ella habría de volver continuamente mientras hacía cosas de provecho para ganarme la vida como Dios manda y ser una persona de bien.

Te programan, sí te programan, te dicen lo que tienes que hacer, pensar, cómo tienes que ser, dónde tienes que llegar, y tú te pones a ello, claro, eres un ignorante, cómo vas a opinar o a discutir, además si lo haces no te hacen ni caso, ellos ya tienen preparada tu tumba en la vida, casarte, tener hijos, un empleo, horarios, muchos horarios, y obligaciones por todas partes, así no piensas, y luego te montan un ocio de pacotilla, un ocio falso, fingido, forzado, pobretón, un ocio que más que un ocio es como una obligación más, la de hacer que te diviertes, y cuando vuelves de ese ocio a tus rutinas casi lo agradeces porque se han preocupado de crear un ocio disuasorio del ocio, para que sigas metido en tu día a día de borrego sin rechistar.

¡Cómo no se te va a apagar la luz, aquella potente luz que te trajo a este mundo y con la que viviste tus primeros años!

Me está saliendo un balance algo chungo, bueno, queda lo del amor, eso es bonito, a mí me gustó durante las breves ocasiones en que lo viví, está muy bien, es como si el amor te brindara breves paréntesis de aquella luz que vas perdiendo, como si te recargara de luz, pero no sé por qué no dura apenas, es como si te dieran esa propinilla para que aguantaras y fueras tirando un poco más, eso debe ser, para que no te acostumbres demasiado a lo bueno, para que vivas al menos con esa ilusión.

Me imaginé tal vez un mundo de personas libres que amaban y me encontré esto, sin palabras, menos mal que la luz ha de volver al final del túnel de la vida, pero sigo preguntándome el sentido del tránsito del túnel, no acabo de entenderlo, si es para volver a lo mismo de lo que salimos no tiene mucho sentido, ahí hay un vacío que me perturba, me hace sentir absurdo, sin sentido, y eso es algo que me resulta inaguantable porque tengo un inmenso afán de que todo tenga sentido y sea explicable, y cuando no es así me entristezco.

Bueno, os tengo que dejar, hasta aquí mi apresurado balance, tengo poco tiempo, dentro de un momento me voy a morir, y después de morirme no sé si podré volver a comunicarme con vosotros.

(no sé si continuará)

El paseante

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