La peregrinación en sí misma es la meta
Cuando observo mi
vida, es mucho más rica y satisfactoria de lo que nunca me habría
imaginado.
Estoy lleno de agradecimiento por todo el amor, la comprensión y la
alegría
absoluta que me ha reportado estar aquí. ¿Por qué pienso entonces en la
muerte
con tanto anhelo?
…………………………………………………..
La satisfacción, la felicidad, la riqueza son irrelevantes.
La vida es mucho más que eso. No puede reducirse simplemente a pequeñas
palabras, como agradecimiento, amor, comprensión o felicidad absoluta.
Cuando
las hayas superado todas, te sorprenderás al ver que la existencia es
tan
inmensa que no hay palabras que la puedan definir en ningún idioma; la
mente no
tiene capacidad de entenderlo. Sin duda el término no es satisfacción;
satisfacción
es un término muy pobre. Tampoco es simplemente alegría, ni simplemente
amor.
Es tan inmenso que lo único que puedo decirte es que esos términos son
como si
estuvieses intentando vaciar el océano con una cucharilla.
Una vez… Platón, uno de los grandes
filósofos griegos,
siempre estaba en litigio con su coetáneo Diógenes. Este último era un
místico
y sabía ciertas cosas que Platón ni siquiera imaginaba, aunque fuese un
gran
filósofo. En los libros y la historia de la filosofía puedes encontrar a
Platón
pero no a Diógenes. En cambio, Diógenes tenía la verdad y Platón no,
aunque
fuese un gran pensador, un gran intelectual. Diógenes era un hombre
sencillo,
parecía un niño inocente, pero sabía algo que no pueden saber miles de
Platones.
Un
día Platón estaba paseando cerca del mar de madrugada, y
vio a un hombre. Era muy temprano, todavía era de noche y no había
salido el
sol. No se podía figurar quién era. Era Diógenes. Diógenes se acercaba a
la
orilla, cogía una cucharadita de agua y la echaba en un agujerito que
había
escarbado en la arena. Luego se acercaba a la orilla otra vez y volvía a
coger
otra cucharada de agua.
Platón se dio cuenta de lo que estaba haciendo. ¡Parecía un
loco! Y pensó por un momento que no quería interferir. Pero la mente es
tan curiosa
que se dijo: “Es posible que no esté tan loco; puede que esté haciendo
algo
importante y yo no me dé cuenta. Voy a preguntárselo”. Así que fue y le
dijo:
“Perdona mi intromisión, no deseo interrumpirte porque quizá estás
desarrollando un gran proyecto, pero ¿qué estás haciendo?”.
Diógenes dijo: “Estoy intentando
vaciar el mar”.
“Dios
mío – exclamó Platón - . ¿Con esa cucharilla?”
Ya empezaba a salir el sol. Diógenes
se echó a reír y dijo:
Dime Platón, ¿y tú qué estás haciendo?”. Entonces, Platón reconoció a
Diógenes.
Diógenes solía ir desnudo, pero ese día se había cubierto con una tela
para que
Platón no lo reconociese de inmediato porque, si no, no se habría
acercado a
preguntarle.
Platón
se quedó anonadado y no pudo responder. Diógenes
dijo: “Esto es lo que tú estás intentando hacer. Tu mente no es más que
una
cucharilla, y estás intentando apurar esta existencia oceánica con esa
cucharilla. Hago esto para recordártelo; ya sé que es imposible vaciar
el mar.
Pero tú también deberías recordar que lo que tú estás haciendo es
imposible”.
Es
una suerte llegar a ese punto en el que uno es tan feliz
que no le importa morirse. Pero yo te sugiero que esperes un poco porque
sé
algo más. He superado ese punto, y el día que lo superé, por primera
vez, la
vida me abrió todos sus misterios. Desde entonces, no he tenido el deseo
de
morir ni una sola vez, por el simple hecho de saber que la muerte no
existe.
Hay más y más vida. Y esta vida inagotable no tiene fin.
Una pareja está de vacaciones en
Florida cuando, en mitad de
la noche, se desata un huracán. La mujer está muy preocupada y no puede
pegar
ojo. Él, en cambio, duerme profundamente. “Despierta – exclama ella
zarandeándole -, la casa se mueve como si fuese a salir volando.”
“Tranquila – dice él -. Duérmete.
La casa es alquilada.”
Todas las casas que has alquilado han salido volando muchas
veces. Esta casa también es alquilada y un día saldrá volando. Pero tú
te
quedarás ahí.
Eres
un eterno peregrino.
Tu peregrinación no tiene fin y no va a ninguna parte.
La peregrinación en sí misma es la
meta, no hay una meta.
Un anciano va al médico a someterse a una revisión. El
médico se da cuenta de que le tiemblan muchísimo las manos. “Usted debe
beber
mucho”, le dice el médico.
“En absoluto – responde el viejo -. Se me cae casi todo.”
Tienes que llegar a ese punto en el
que se te empieza a caer
casi todo. No te conformes con tan poco. No has llegado ni al principio.
Osho
No tienes nada que perder
Comentario de una seguidora sobre el texto:
Gracias
amigo, como
me conoces, me ha encantado.
Efectivamente es así, tratar de comprender la inmensidad de la vida a nivel intelectual es imposible, es como dice Diógenes tratar de vaciar el océano con una cucharita.
Solo es posible comprender lo que es cuando miras hacia tu interior y sin hacer nada de nada, nada más que observar empiezas a sentirlo y a comprenderlo, pero a esta comprensión llegas a través de ir purificando o eliminando el pensamiento, pues es como si limpiases un cristal sucio. Esto te lo digo porque es lo que yo he empezado a experimentar con la meditación que es la herramienta de trabajo que a mí hasta ahora me está funcionando.
Y en ese peregrinaje, vas descubriendo a nivel de las entrañas, que es como yo lo denomino cuando algo se ubica en mí de forma permanente, nuestra esencia, que es pura conciencia, es sentir que no tienes cuerpo, pero que estas ahí. Te diré que yo en este último retiro, lo he percibido en una parte de mí cuerpo, me quede impresionada, la experiencia fue muy intensa aunque no duro mucho, observando eso ves que nuestra esencia, esa chispa divina como algunos místicos llaman es imperecedera, permanente, y que solo va ubicándose en diferentes "recipientes" en función de las experiencias a atravesar para purificarse totalmente, es como los procesos que se utilizan para separar totalmente puro un metal precioso.
Para finalizar, te recuerdo que somos mariposas.
Efectivamente es así, tratar de comprender la inmensidad de la vida a nivel intelectual es imposible, es como dice Diógenes tratar de vaciar el océano con una cucharita.
Solo es posible comprender lo que es cuando miras hacia tu interior y sin hacer nada de nada, nada más que observar empiezas a sentirlo y a comprenderlo, pero a esta comprensión llegas a través de ir purificando o eliminando el pensamiento, pues es como si limpiases un cristal sucio. Esto te lo digo porque es lo que yo he empezado a experimentar con la meditación que es la herramienta de trabajo que a mí hasta ahora me está funcionando.
Y en ese peregrinaje, vas descubriendo a nivel de las entrañas, que es como yo lo denomino cuando algo se ubica en mí de forma permanente, nuestra esencia, que es pura conciencia, es sentir que no tienes cuerpo, pero que estas ahí. Te diré que yo en este último retiro, lo he percibido en una parte de mí cuerpo, me quede impresionada, la experiencia fue muy intensa aunque no duro mucho, observando eso ves que nuestra esencia, esa chispa divina como algunos místicos llaman es imperecedera, permanente, y que solo va ubicándose en diferentes "recipientes" en función de las experiencias a atravesar para purificarse totalmente, es como los procesos que se utilizan para separar totalmente puro un metal precioso.
Para finalizar, te recuerdo que somos mariposas.
Un besote,
Mt
(ENTRADA DEDICADA A MI QUERIDA AMIGA
TERRE QUE ESTÁ CONVALECIENTE, PARA QUE SE RECUPERE RÁPIDAMENTE Y PUEDA
SEGUIR DANDO AMOR, CARIÑO, COMPRENSIÓN Y APOYO A TODOS SUS AMIGOS, Y LO
QUE ES MÁS IMPORTANTE, TRANSMITIÉNDONOS SU SABIDURÍA, SUS ENSEÑANZAS, Y
SU EJEMPLO, GRACIAS TERRE POR TU GENEROSIDAD, TE QUIERE JR).
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