jueves, 21 de febrero de 2013
Mis conversaciones con Woody (16). Me he enamorado.
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¿Woody, quién es esa chica, o lo que es lo mismo, who’s
that girl?
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Ése es el título de una canción de Madona jr.
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No te vayas por las ramas, ¿no te estarás enamorando,
verdad?
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En absoluto, se trata sólo de una buena amiga.
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¿Cómo de buena, dime Woody, cómo de buena?
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¡Qué pesado!
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Tú te estás enamorando.
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Que no…
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Bueno, vale, háblame de ella.
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Pues ella es, ella es…, no sabría explicártelo…, es
como un suave viento de primavera, como una nube en un cielo de verano, como un
oleaje apacible en una playa tranquila, como un río ancho con agua calma, como
el aire puro de las montañas, como una noche estrellada de verano, como la
nieve que cae suavemente sobre la tierra…
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Ya.
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¿Nada más?
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¿Qué quieres que diga? Si digo que estás enamorado te
enfadas.
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No es que me enfade jr, es que prefiero no
reconocérmelo, tantas veces he estado enamorado y he fracasado que tengo miedo.
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Te comprendo, a mí me sucede lo mismo, uno deja de
creer en el amor, prefiere no creer para no tener que sufrir.
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Exactamente.
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Parece atractiva, me gusta su forma de vestir.
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No tengo palabras…
-
Ya.
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Me faltan las palabras por primera vez para tratar de
definirla, de pronto me deshago en elogios y pienso: otra vez…
-
Otra vez…
-
Pero tiene algo que la hace especial, es como si nos
conociéramos desde siempre, como si ya nos conociéramos desde la eternidad y
nos hubiéramos reencontrado, uno tiene junto a ella una sensación de
familiaridad, como si uno se reencontrara con su otra mitad y estuviera por fin
completo, como si el tiempo no existiera junto a ella.
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¿Qué significa eso?
-
¿El qué?
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Eso que has dicho de como si el tiempo no existiera…
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Junto a ella me parece que el tiempo no existe, puedo
estar con ella siempre y sin embargo que todo sea nuevo a cada momento,
interesante, la vida junto a ella tiene un significado diferente, o tal vez
mejor sería decir que tiene su significado por fin, el significado que siempre
debió tener, el de la felicidad, ella tiene la cualidad de hacerme feliz con su sola presencia.
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Caramba, tú estás enamorado, seguro.
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Pero esto no dura jr.
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Bueno, Woody ya veremos, ya veremos… Lo mismo es tu alma gemela...
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Ya te seguiré contando…
(continuará)
El paseante
miércoles, 20 de febrero de 2013
El cuadro de la semana. El sueño de Constantino. Piero della Francesca. 1412-1492.
El sueño de
Constantino. Piero della Francesca. 1412-1492.
Este cuadro ya no existe, era un fragmento del fresco
denominado la Leyenda
de la Verdadera Cruz
y estaba en una de las paredes, en concreto la del coro, de la Iglesia de San Francisco
de Asís en Arezzo. Fue destruido junto con el resto de la iglesia por un
terremoto.
El sirviente que vela el sueño del emperador nos mira
melancólico, es la primera vez que en la
historia de la pintura un personaje mira al espectador como tratando de
transmitirle algo, ¿algo importante?, tal vez señalándole la fragilidad de la
existencia que un buen día termina de forma imprevista, uno se duerme y tal vez
no despierta más pese a todo lo vigilante que pretenda estar.
Un emperador dormido, unas tiendas de lona, tal vez un improvisado
campamento de batalla, dos soldados que velan el sueño de emperador y un melancólico
mayordomo que mira al futuro, al espectador que habrá de contemplar la escena
en un lejano, incierto futuro, ahora ya la pintura no existe, pero la mirada,
la escena, ha quedado igualmente presa de sus reproducciones.
La pintura, el arte en general, tiene una base física y por
tanto perecedera, dura un tiempo, más o menos, pero no dura por siempre, al igual
que el hombre, la pintura tarde o temprano perece, se queda dormida y no vuelve
a despertar más, eso pasó en Arezzo cuando el terremoto, que se llevó a
Constantino, al melancólico mayordomo y a los vigilantes soldados sin que
ellos, ajenos a lo que sucedió, se dieran cuenta.
Sobrevivieron a aquella noche que reproducía la pintura pero
no pudieron sobrevivir a la eternidad.
El paseante
lunes, 18 de febrero de 2013
La aventuras de Pumby (3). La quina Santa Catalina.
Las aventuras de
Pumby. Diario de un niño franquista. La quina Santa Catalina.
Los
niños cuando íbamos de visita tomábamos quina Santa
Catalina, el anuncio decía: y da unas ganas de comer…
Sal
al balcón
Echa un jamón
Mira
que viene Quinito
Quiero comer
Quiero
beber
Y me muero de apetito
Éste
era el gingle o lema del anuncio.
La
quina sabía ligeramente amarga y la verdad es que abría
el apetito, en casa de mis abuelos me daban un vasito de quina o de
moscatel,
sacaban las botellas de una alhacena que había en el comedor, era muy bonita, de madera
torneada
con cristales de color verde en las puertas y la repisa de mármol
blanco, los
pequeños vasitos de cristal llevaban esmeriladas una especie de cerezas,
todavía lo recuerdo, es más, guardo uno de esos vasitos en la vitrina
del salón
como una reliquia de otro tiempo.
También
me gustaba el vino de misa, ése el que más me
gustaba porque era muy raro poderlo probar y porque era sagrado, yo me
sentía
sacrílego bebiendo aquel vino, primero porque era vino, segundo porque
era de misa,
y tercero porque yo era un pecador.
El
vino de misa lo podías beber después de la comunión
cuando ayudabas en misa, es decir, cuando hacías de monaguillo, en el
colegio
teníamos misa mayor todos los viernes y los miércoles misa en la pequeña
capilla sólo para mi clase, hacíamos de monaguillos por turnos, cuando
me
tocaba hacer de monaguillo el cura me daba al terminar un sorbito de
vino,
exquisito, tenía el color igual que el Jack Daniels, tal vez por eso sea
mi
marca de whiskey preferida.
Me
viene a la memoria en día que en la pequeña capilla
ayudaba en misa un compañero que se llamaba Bolludo, en el colegio nos
llamábamos por el apellido, el nombre era como si no tuviéramos, era
ñoño
llamar a otro compañero por el nombre, sólo por el apellido siempre,
cosas del
franquismo, había que ser muy hombres.
Bueno,
pues ese día en misa, en la pequeña capilla, pasó
algo curioso, sorprendente, inusual, Bolludo se arrodilló al lado del
cura en
el momento de la consagración, ocultó su rostro con la mano y entró en
ese trance
medio fingido medio real que produce el misticismo infantil, entonces
comenzaron las sonrisitas y cuchicheos entre los compañeros, el cura
estaba
concentrado con la ostia y el cáliz en alto y murmuraba unas palabras en
latín
apenas audibles, me dieron un codazo y me señalaron a la bragueta de
Bolludo,
tenía una erección descomunal, cosas de la edad, el sexo en esas edades
es muy
potente y en ocasiones inoportuno, no se puede controlar, tal vez le
excitaría
la cera de las velas, además llevaba unos pantalones muy ceñidos,
Bolludo era
bastante recio y los pantalones parecía que iban a reventar con la
presión de
aquel enorme miembro que pugnaba por manifestar su presencia, como si de
una fiera enjaulada se tratara.
Cuando
terminó la misa el cura o padre le dio una colleja a
Bolludo, se debió de pensar que había hecho alguna gracia en el momento
de la
consagración.
Tal vez se trató de
la quina Santa Catalina. Quina del
pecado…
(continuará)
El
paseante
La película de la semana. Amarcord. Federico Fellini. 1974.
Amarcord (mis
recuerdos). Federico Fellini. 1974.
Tengo la sensación viendo esta película de que la vida es
siempre algo incompleto, imperfecto, imprevisto, improvisado, precario, que te
pilla desprevenido siempre, que no sabes bien cómo afrontar, y que casi siempre
es algo que tú no decides, que te viene dado, que depende del destino, es una
especie de fatalismo como de tragedia griega, dejémonos llevar, parece decir la
película, al fin siempre llegaremos al mismo lugar lo queramos o no.
Según transcurre la película nos vamos identificando con los
diferentes personajes que por ella van pasando, es una película coral, sin unos
protagonistas definidos, tal vez el protagonista sea el pueblo en el que tiene
lugar, sus gentes, sus costumbres, una especie de teatro de la vida, de vida
que no parece real, que parece falsa, pero que es, precisamente por eso, más
real aún, y es que si filmaran nuestra vida, la vida de cualquiera de nosotros
y nos la proyectaran para verla nos parecería algo inverosímil para cualquiera
y más aún para nosotros, seguramente si viéramos nuestra vida en una película
nos reiríamos, nos sorprenderíamos, nos escandalizaríamos, pensaríamos que
habían exagerado al contarla para hacerla más atractiva, que está
caricaturizada, que no somos así en realidad.
Y eso pasa a la inversa viendo esta película porque al verla
vemos al fin cómo realmente somos, inverosímiles, como inverosímil es la vida
misma, llena de pequeñas tonterías en el día a día, tonta, repetitiva, absurda,
a veces cruel.
La vida sin más proyectada en la pantalla, poblada de
personajes, situaciones, escenarios, paisajes, luz, penumbras, y sonidos, y
música, claro, la deliciosa música compuesta por Nino Rota para la película.
Si queréis saber cómo sois en realidad debéis de verla, así
podréis comprobar lo tontos que sois.
El paseante
domingo, 17 de febrero de 2013
La gala de los premios Goya 2013.
Tengo que escribir algo sobre la gala de los Premios Goya
porque si no me da algo, es en general una gala que siempre resulta patética,
no sé bien por qué queda siempre enmascarada tras un sentido del humor un tanto
forzado, quiero decir, tal vez se deba a que el cine español no es algo serio,
y enmascarando la gala de sus premios tras un sentido del humor de pésimo gusto
y un argumentario político, seguramente así se trate de disimular la penuria de
nuestro cine.
La presentadora de este año, Eva Hache, me hizo reír, es muy
ingeniosa, tiene un gran dominio escénico, interactúa con el público, es brillante,
resultó bien, pero resultó bien como Eva Hache, es decir, para promocionarse
ella, para que la contraten, pero totalmente inapropiada para una gala así, los
Goya un año más cayeron en la provocación, ¿y para qué?
Yo creo que para tapar un año más algo gravísimo, y es que
el cine español se muere año tras año, va a menos, 150 millones de euros de
recaudación total, ¡menuda industria!, debe tener más dinero debajo del colchón
cualquier Bárcenas de turno, y eso es lo grave, el cine español fue algo
realmente destacado en tiempos, y no como ahora que entre sólo tres películas
acapararon todas las nominaciones en todas las categorías, sencillamente no
porque fueran las mejores sino porque no se han producido más, triste.
Buñuel, Saura, Almodóvar, el cine español de calidad ha sido
siempre más valorado fuera que dentro de nuestro país debido al bajo nivel
cultural del español medio, el cine español fue una industria floreciente en la
época de Alfredo Landa y José Luis López Vázquez, en la época de las
españoladas que divertían al gran público, cuando tomó otros derroteros fue
sobreviviendo gracias a las ayudas, pero obtuvo buenos resultados, no todo en
el arte es el negocio, hay que propiciar el crecimiento intelectual de la gente
y no condenarla al cine fácil que viene de América que no hace sino
embrutecerla y alejarla de su cultura y sus raíces.
Da igual, esa colección de graciosos que todos los años
desfilan recogiendo sus estatuillas además tienen que decir algo, y eso es lo
peor. Porque uno se pregunta si alguien con la cabeza tan tontamente amueblada
puede hacer algo que valga la pena y entonces no va al cine, en fin, que el
peor marketing del cine español año tras año es la absurda gala de los Goya.
Creo que Concha Velasco hizo una parodia que sintetiza todo
el absurdo de estos premios cuando contó el año que estando nominada le dieron
el Goya a la mejor actriz a Emma Suárez en lugar de a ella, sobran las palabras…
El paseante
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