Creo que habrás podido observar un cambio en mí a lo largo de los últimos
años, de mis largos correos, de mi dedicación al blog, de mis ilusiones aún
pese a las contrariedades, de mi optimismo pese a todo, de mi esperanza por el
futuro y mi fe en la vida, de todo eso he ido pasando al desencanto, te
comprendo perfectamente, estoy parecido a como tú estás, ahora recuerdo lo que
me decías sobre tu estado de ánimo y te comprendo.
Creo que si me quedara en casa sin trabajar acabaría por no salir de la
cama, tengo la sensación de haber hecho todo o al menos haberlo intentado, de
conocer todo, de haber experimentado todo, con lo cual la vida me produce una
tremenda pereza, eso unido a que ahora soy más consciente del fin que nos
espera a todos a la vuelta de la esquina, algo que antes no estaba presente en
mi horizonte, parecía como si fuera a vivir para siempre.
Recuerdo mucho mi vida pasada, antes me acordaba más de los momentos malos
porque de ahí salía una fuerza que intentaba buscar nuevos momentos buenos,
ahora me acuerdo sobre todo de los momentos buenos, de los instantes de
felicidad y de ahí saco sólo la fuerza de la contemplación como si estuviera
ante una obra de arte, algo que me fue entregado por una única vez en la vida.
Me atan a la vida mis padres y mis mascotas, nada más, pienso en el futuro
y lo veo un tanto negro, soledad, enfermedad, muerte, tampoco me interesa
tratar de exorcizar todo eso de alguna manera, pretender huir o alargar la
llegada de ese final, creo que debo aceptar con naturalidad la fugacidad de la
vida y que a mí ya me pasó el turno, al menos al recordar veo toda aquella
felicidad de la ilusión, la fuerza y la juventud, veo su brillo que ya pasó.
bss,
jr
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