Pues a mis 52 años estoy para pocas amantes, salvo si son literarias, claro, el tema sexual está muy tranquilo, pero el tema literario no para, cosas de la edad, se vive más de la añoranza y del recuerdo que del presente.
Pues ella es Nerea, mi amante literaria, mi Madame Bobary particular pero sólo de las letras.
Bueno, y gracias, porque una mujer así es difícil que sienta el más mínimo interés por mí, a mí las mujeres estupendas no me hacen ni caso, soy poca cosa para ellas, me ven poco hombre, como un niño, quieren protegerme, pero de amoríos nada de nada.
Pues con Nerea me une el tema literario, la pasión por la escritura, la orgía de pensamientos, y nada más, me tiene mucha paciencia la pobre, siempre ando fotografiándola, y ella pone esa cara entre compungida y doliente como diciendo: ya está éste pesado haciéndome otra fotito para el blog.
Paciencia admirada Nerea, no todos los días se tienen amigos de 52 años, menuda suerte tienes...
Un beso,
el paseante
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