Es la Telefónica, el edificio de la Telefónica de la Gran Vía, el que se ve iluminado, el Pirulí en primer plano, a la derecha la Torre de Valencia, más a la derecha en verde el anuncio de Schweppes de la plaza de Callao, al fondo las montañas del Guadarrama recortadas contra la luz naranja del atardecer, el sol ya se ha puesto detrás de las montañas pero su luz aún pervive en el éter de cielo inundándola de ese tornasolado color anaranjado único de los atardeceres de verano, monumentales atardeceres, sobrecogedores, como planeados igual que si se tratara de una puesta en escena por algún gran director de escena, y así es, planeadas por el más grande director de escena del mundo, Dios.
el paseante
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