Mirar qué carucha se me ha quedado,
anoche estuve malito, creí que me iba a morir, no sé si fue por la luna llena
pero me sentía fatal, estuve a punto de irme a urgencias pero pensé que mejor
morirme en mi cama que en mitad de la calle camino de urgencias.
Estaba dormido y como a la una me
despertaron los cohetes, debía de haber ganado alguien algún partido de fútbol,
no tengo idea, no tengo tele ni me entero de esas cosas.
Me desperté alterado, sudoroso, con
la luna llena asomándose por mi ventana con una luz muy intensa, era una escena
telúrica, creí que tenía fiebre y me puse el termómetro, ya ni me acordaba de
que estaba estropeado, siempre marca 36,5º, por un momento me tranquilicé pero
luego me acordé de que no funcionaba, me puse otro digital que compré con
motivo de mi última gripe, tenía sólo 36º, pero recordé que al dormir baja la
temperatura corporal, seguía encontrándome mal, me fui tomando la temperatura y
no hacía sino bajar, cuando llegué a 35,4º me alarmé, el perrito se me puso
encima abrazándome para darme calor, los animales son tan listos y perceptivos,
me fue subiendo la temperatura gracias a él, a los 35,8 decidí volverme a
dormir y que fuera lo que Dios quisiera, me daba algo de miedo haberme muerto
sin enterarme estando dormido, gracias a las tracas del fútbol no fue así,
desde aquí mi reconocimiento a los hinchas.
Hoy me he levantado algo mejor pero
no he querido hacer mis ejercicios de gimnasia mañaneros, por si me da un
infarto o algo así.
Lo cierto es que ayer por la tarde
llegué a casa muy soñoliento, me fui durmiendo en el metro, y es que
últimamente duermo fatal, por otro lado no sé si lo que tuve fue una especie de
golpe de calor.
No obstante os diré que soy
hipocondríaco, y que tengo la tensión muy baja, esta combinación hace que
siempre piense que me voy a morir de cualquier cosa.
Últimamente tengo la sensación de que
voy a vivir poco tiempo, no sé, tal vez se deba a que ha habido muchas muertes
recientemente a mi alrededor.
Pensé en vosotros cuando me iba a
morir, pensé en qué sería de vosotros sin mí, tal vez eso y el calor que me dio
el perrito me salvaron, no sé.
Ya veremos cómo evoluciono.
el paseante
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