Menuda faena, esto me pasa por no pedir nada en concreto y dejar que decidan ellos mismos lo que me traen, pues van y me traen a este chavalito, al camarero de la churrería, ¿lo recordáis?
De verdad, cómo son lo reyes magos, imprevisibles, en lugar de traerme a una chavala de buen ver, van y me traen a este niño.
Que por otro lado es un tío estupendo y además me quiere un montón, se debe creer que soy como su padre.
Bueno, el caso es que me levanto por la mañana y le veo ahí al lado del árbol sonriéndome como si viera una aparición.
Y va y se me cuelga del cuello y de da un beso.
Un beso en la mejilla, que siempre estáis pensando en lo mismo.
Y me fijo mejor y le miro con detenimiento y veo que colgando del cuello lleva un manual de instrucciones.
Cómo son los reyes magos, no dejan de sorprenderme nunca, de verdad...
Y junto con el manual va una carta diciéndome que tenga cuidado con el chaval, que es un ser humano, que debo respetarle y portarme bien con él, que me conocen bien y saben que yo tengo una convivencia muy difícil, y que por eso el chico lleva un clausulado que debo firmar y devolver a los reyes magos.
Y que una vez aceptado el clausulado debo guiar mi conducta por el manual de instrucciones.
El chico está que se sale de la ilusión, todo viene al parecer porque él sí me pidió a mí a los reyes magos, y entonces éstos dijeron: pues ya está, se lo llevamos a el paseante que puso la decisión de su regalo en nuestras manos y así matamos dos pájaros de un tiro, y nunca mejor dicho lo de pájaros...
Bueno, pues por ahora muy bien, al parecer los reyes han pensado más que nada en que me voy haciendo mayor y claro voy a ir necesitando una ayuda en casa, vamos, como la ayuda domiciliaria del Ayuntamiento pero en plan prematuro.
Fantástico, me viene muy bien, el chico es un encanto, pero el problema está con mis amigos gays, ya os dije que mis mejores amigos son gays, son tan tiernos, tan cariñosos, entrañables, me quieren tanto...
Bueno, me querían hasta ahora, porque ha sido ver al chaval y se han puesto de uñas conmigo, están que rabian contra los reyes magos, todos ellos piden año tras año un niño parecido y nunca se lo traen, siempre aparece en su vida algún barrigón peludo de mediana edad, zafio e insolente, y dicen que yo sin pedirlo ni quererlo tengo a este Adonis total.
Y no les falta razón porque es un Adonis total, reconozco, aunque no me gusten los hombres, que el chaval parece salido del museo de escultura de Atenas.
Y además sabe hacer de todo..., en la casa, claro...
Siempre estáis pensando mal...
Besos,
the paseante
(entrada dedicada a mi amigo Julio)
Menuda faena, esto me pasa por no pedir nada en concreto y dejar que decidan ellos mismos lo que me traen, pues van y me traen a este chavalito, al camarero de la churrería, ¿lo recordáis?
De verdad, cómo son lo reyes magos, imprevisibles, en lugar de traerme a una chavala de buen ver, van y me traen a este niño.
Que por otro lado es un tío estupendo y además me quiere un montón, se debe creer que soy como su padre.
Bueno, el caso es que me levanto por la mañana y le veo ahí al lado del árbol sonriéndome como si viera una aparición.
Y va y se me cuelga del cuello y de da un beso.
Un beso en la mejilla, que siempre estáis pensando en lo mismo.
Y me fijo mejor y le miro con detenimiento y veo que colgando del cuello lleva un manual de instrucciones.
Cómo son los reyes magos, no dejan de sorprenderme nunca, de verdad...
Y junto con el manual va una carta diciéndome que tenga cuidado con el chaval, que es un ser humano, que debo respetarle y portarme bien con él, que me conocen bien y saben que yo tengo una convivencia muy difícil, y que por eso el chico lleva un clausulado que debo firmar y devolver a los reyes magos.
Y que una vez aceptado el clausulado debo guiar mi conducta por el manual de instrucciones.
El chico está que se sale de la ilusión, todo viene al parecer porque él sí me pidió a mí a los reyes magos, y entonces éstos dijeron: pues ya está, se lo llevamos a el paseante que puso la decisión de su regalo en nuestras manos y así matamos dos pájaros de un tiro, y nunca mejor dicho lo de pájaros...
Bueno, pues por ahora muy bien, al parecer los reyes han pensado más que nada en que me voy haciendo mayor y claro voy a ir necesitando una ayuda en casa, vamos, como la ayuda domiciliaria del Ayuntamiento pero en plan prematuro.
Fantástico, me viene muy bien, el chico es un encanto, pero el problema está con mis amigos gays, ya os dije que mis mejores amigos son gays, son tan tiernos, tan cariñosos, entrañables, me quieren tanto...
Bueno, me querían hasta ahora, porque ha sido ver al chaval y se han puesto de uñas conmigo, están que rabian contra los reyes magos, todos ellos piden año tras año un niño parecido y nunca se lo traen, siempre aparece en su vida algún barrigón peludo de mediana edad, zafio e insolente, y dicen que yo sin pedirlo ni quererlo tengo a este Adonis total.
Y no les falta razón porque es un Adonis total, reconozco, aunque no me gusten los hombres, que el chaval parece salido del museo de escultura de Atenas.
Y además sabe hacer de todo..., en la casa, claro...
Siempre estáis pensando mal...
Besos,
the paseante
(entrada dedicada a mi amigo Julio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario