Mi gato duerme, se duerme mi gato, va soñando la vida mientras la vida discurre a su alrededor, él tranquilo se desconecta del mundo, se sube a la mesa y se queda tranquilamente, plácidamente dormido como si nada sucediera en ningún lugar del mundo, como si todo fuera paz, tranquilidad, bienestar y buenas noticias.
Él no sabe nada de la crisis económica ni sabe quién es Rajoy, tampoco le importa, no siente el deseo de conocer esas cosas, nunca he visto a un gato mirar a la televisión, "cosas de los humanos" parecen querer decir mientras vuelven la vista hacia otro lado, hacia una mosca que vuela por ejemplo, hacia las cosas realmente importantes de la vida.
El gato me incita a imitarle en su tranquila placidez de horas felices, sin deseo, sin afán, sin lucha, sin quimeras, feliz, tranquilo y satisfecho de su simple existencia de gato.
Los animales y las plantas saben "estar" en el mundo, sin querer cambiarlo a cada momento, sin querer transformarlo, sin querer conseguir nada que no sea lo imprescindible para sobrevivir, ellos "están", sin embargo el hombre con sus preocupaciones y su continua ambición no sabe "estar" en el mundo.
Sigamos el ejemplo del gato, desconectémonos del mundo y seremos más felices.
Seamos capaces de "estar" plácidamente recostados en el mundo sin más complicación.
el paseante
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