El escritor es la escritura.
Bueno, la realidad no existe, ya lo sabéis, ¿o no?
La realidad se esconde, se escapa siempre a nuestra percepción, precisamente porque al ser percibida deja de ser real y pasa a ser una proyección de nosotros mismos.
De esa proyección de nosotros mismos nace la literatura.
La literatura es el velo transparente que pone el escritor sobre el culo del mundo.
Velo rosa, azul, verde, morado, da igual, cada cual pone su velo y algunos lo cuentan y se hacen pasar por escritores.
Nada diferencia al escritor del que no lo es salvo la vocación de contar a los demás de qué color puso el velo al culo del mundo.
Escribir es una cuestión de transparencia porque realmente el escritor debe desaparecer de la escritura, hacerse invisible, la escritura debe pasar a través de él sin que se le note el esfuerzo, el oficio, la lucha por escribir algo que valga la pena.
Si se hace presente el escritor en lo que escribe entonces no es buen escritor, el amanuense, el esforzado artesano de las palabras, el estilo peculiar, su forma de escribir, todo eso debe desaparecer, la realidad debe atravesar al escritor, fluir a través de él y salir de él a través de la escritura, entonces es cuando el escritor cumple su función.
Porque lo verdaderamente creativo no es escribir sino leer, el lector es el que verdaderamente recrea la realidad que el escritor le cuenta, él es el que crea realmente la obra mientras la va leyendo, con su imaginación.
Decir que la inspiración existe pero debe pillarte trabajando es lo mismo.
El arte es algo que viene dictado al artista desde arriba, simplemente a través de esta conexión con ese plano superior es como el autor logra parir su obra.
Y todo lo demás son esforzadas redacciones de colegial, bueno, la verdad es que hay redacciones de colegial geniales, las mías lo eran...
Sólo si todo fluye, si todo es fácil, si no puedes parar, sólo entonces eres de verdad un "artista".
Besos,
the paseante
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