Sócrates ha muerto, lo he leído esta mañana mientras iba al trabajo en el metro, Sócrates el gran filósofo ha muerto en torno a las 8:45 hs. del 15 de marzo de 2012, así ha sido, se ha despedido de sus más cercanos amigos con los cuales estuvo conversando toda la noche sobre la inmortalidad del alma y de mañana se ha bebido la copa de cicuta que le ha dado el carcelero, de esta manera se cumple su sentencia a muerte.
Él es el primer mártir de conciencia de la historia, fue condenado por el Consejo de la ciudad de Atenas precisamente por sus opiniones un tanto atrevidas e insurgentes, según ellos consideraron.
Pero ya está hecho, la cicuta hizo su trabajo y él se marchó, y tal y como había terminado de explicar su cuerpo moría pero su alma que era, como todas las almas, inmortal, seguiría viva y además mucho más feliz, satisfecha y plena que en el mundo estaría en el más allá, porque según dejó dicho el alma del filósofo se amolda mal al mundo y a sus imperfecciones, y se amolda mal al cuerpo y a sus servidumbres con las que ha de luchar continuamente para evitar que le perturben el pensamiento y la virtud.
Sócrates ha muerto esta mañana, repito, llevó una vida ejemplar, cultivó sus virtudes, descartó sus defectos, no cometió delitos ni actos execrables contra ningún otro hombre, así su alma no tendrá que penar en el más allá por las culpas cometidas, y será un alma pura y feliz hasta la siguiente reencarnación, si es que ésta llega, que llegará seguro.
Sócrates, el gran hombre, el gran filósofo ha muerto y antes de morir ha hablado, y los que le han escuchado han contado todo lo que dijo a Platón y éste lo ha transcrito en sus ya famosos diálogos.
Y el más bello de estos diálogos es sin duda el titulado Fedón, en él Sócrates explica por qué el alma es inmortal y cómo el verdadero filósofo debe afrontar la muerte como una liberación y no como un sufrimiento, al haber llevado una vida virtuosa y haberse alejado de las tentaciones de mundo y del cuerpo.
Sócrates murió, parad un momento vuestro pensamiento y meditad sobre lo que esto significa, el primer preso de conciencia de la historia fue sentenciado a muerte y según el ritual ateniense él mismo bebió el veneno, la copa de cicuta, luego se tendió en el lecho y lentamente su cuerpo se fue enfriando y su alma se alejó del mundo.
Nos queda su pensamiento, riqueza inaudita, que podemos leer en cualquier momento y en cualquier lugar, por ejemplo mientras viajamos camino del trabajo en el metro.
Besos,
Vuestro paseante
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