miércoles, 28 de marzo de 2012

El blog y la censura (4)


La Comisión Feminista.

Todas mis amigas son feministas, mis mejores amigos son gays y todas mis amigas son feministas, y es que hoy en día no hay mujeres que no sean feministas, ejerzan más o menos, todas lo son, igual que los hombres, ya no hay hombres que no sean gays, ejerzan más o menos, sean conscientes de ello o no, todos los hombres son gays.
Así es que si quiero tener amigos tengo que tener amigos gays, y si quiero tener amigas, tengo que tener amigas feministas, y lo que es más importante, si quiero conservarlos tengo que respetarlos e integrarlos en el blog.
Y por este motivo nació la cuarta Comisión del blog, la Comisión Feminista.
Recordemos las Comisiones del blog de las cuales ya hemos hablado:
- La Comisión de los Obispos (Conferencia Episcopal en Pleno, o en Comisión de Urgencia)
- La Comisión de las Putas.
- La Comisión Gay.
- La Comisión Feminista (ahora hablaremos de ella)
Esta Comisión tiene, al igual que las otras tres, una gran influencia en el blog, en sus contenidos y en mí, y no podría ser de otra manera al constituir las feministas un grupo de presión y de opinión muy relevante en nuestra sociedad en la actualidad.
Si quiero que el blog funcione tengo que llevarme bien con ellas, con las mujeres y con las representantes de la Comisión, que son básicamente todas mis amigas más queridas y cercanas.
La mujer es un ser delicado y como tal debe ser tratado, con cuidado y delicadeza...
Yo no sé qué les he hecho a las mujeres pero nos llevamos en general muy mal, no me comprenden, todas me tratan como si fuera su hijo o su marido, nunca me tratan como si fuera yo, que no soy ni su hijo ni su marido.
Tienen tan interiorizado su rol de madres y esposas que no saben sino posicionarse en ese rol para tratar a los demás hombres, o eso es lo que yo percibo.
Con lo cual si intento ser yo mismo acabamos mal, con los años he decidido adaptarme y cuando conozco a una mujer enseguida me pregunto qué rol quiere que asuma ante ella, y ya está, soy el hijo o el marido, según ella prefiera.
Para hacer de hijo lo tengo fácil, soy hijo, tengo práctica, pero marido nunca he sido, a lo máximo que he llegado es a ser novio, y lo que hago es posicionarme en el papel de novio paciente y resignado que es lo que yo entiendo más se aproximará a ser un marido.
Si soy marido discutimos y nos reconciliamos continuamente, ésa es su dinámica.
Si soy hijo todo es más fácil, me cuidan, protegen, amparan, defienden, quieren, alimentan, me minan, me dan cariño, no discutimos, simplemente me regañan de vez en cuando y me explican con paciencia cómo debo hacer las cosas.
Ser hijo es un chollo.
Y me pregunto yo, tanto feminismo para que acaben siempre haciendo de madres o de esposas y no sepan tratarme de una manera diferente, como si fuera simplemente yo.
¡Qué fuerte!

el paseante

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