martes, 20 de marzo de 2012

Gente que viaja en el metro.


Un señor con traje de rayas, camisa de rayas y corbata de rayas leyendo el Marca.
Un ejecutivo con corbata morada escuchando música con los auriculares del móvil.
Una chica altísima que casi roza el techo del vagón con la cabeza.
Mi compañera del asiento de la izquierda leyendo la Celestina y con un delicado paraguas rojo que parece de Mary Poppins.
El limpiacristales del asiento de enfrente vestido para la faena con todos los bártulos de limpieza metidos en un cubo.
La señora que va leyendo la revista Mía.
Una señora que pasa con un bolso estampado de ositos.
Un niño que se sienta a mi lado con una carpeta verde y un muñequito de plástico montado en una barca.
Un señor muy mayor con un chubasquero de Paul Smith
La señora que va sentada a mi derecha leyendo el Qué!
Un señor con barba enfrente de mí con gafas de sol muy oscuras que habla en inglés con una niña que lleva una mochila con ruedas.
Un señor de pie leyendo un libro enorme como una enciclopedia.

Gente que viaja en el metro, que veo cada mañana, gente que no mira a nadie, sólo yo miro a todos.
Parecen ocupados, agitados, preocupados, cansados, tristes, soñolientos, aislados, ensimismados, indiferentes a todo, centrados sólo en ellos.
Nunca hablan, nunca miran, nunca reparan en los demás.
Los demás parecen no existir, pero sin embargo están unos junto a otros sin comunicarse nunca.
Zombies de una gran ciudad que viajan en metro a primera hora de la mañana.

el paseante

No hay comentarios:

Publicar un comentario