lunes, 12 de agosto de 2013

La película de la semana. La caja de música. Costa-Gavras. 1989.



¿Qué haces si acusan a tu padre de haber sido nazi y de haber participado en el holocausto y eres una prestigiosa abogada?

Defenderlo, sin duda, crees en su inocencia, por supuesto, no te cabe duda.

Todo sucede mucho tiempo después muy lejos de la vieja Europa, en Estados Unidos, donde el supuesto asesino es ahora un próspero ciudadano que vive entregado a su familia.

La película se desarrolla a caballo entre Europa y U.S.A, entre una Europa llena de recuerdos de la segunda guerra mundial, recuerdos marcados aún de manera indeleble en la mente de muchos europeos que vivieron esos tiempos horribles.

Todo indica que es un error, pero al final aparece una anciana que guarda una pequeña caja de música que contiene recuerdos y la hija va a visitarla, en Budapest, cuando la hija abre la caja suena una débil melodía y aparecen una serie de diminutos recuerdos de una vida, entre ellos una foto del padre vestido con el uniforme nazi y una carta de aquellos tiempos que le implican directamente en el exterminio, en el holocausto.

La película es, como todas las de Costa-Gavras, un film político, pero en mi opinión es la menos política de sus películas y la más intimamente humana, porque narra el drama psicológico de la hija en su afán por querer demostrar la inocencia del padre, y cómo al final tiene que ser ella misma la que le descubra e incrimine definitivamente.

Y por encima de todo argumento es, sin duda, una obra maestra, genial, absoluta, insuperable, del séptimo arte.

No os la podéis perder, de verdad, tenéis que comprometeros conmigo a verla, ¿me lo prometéis?, ya me diréis si es para tanto como digo, yo creo que es aún para más, no recuerdo la de veces que la he visto, soy adicto al buen cine y éste es del mejor.

el paseante


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