Estoy acatarrado, acatarrarse en esta época del año es un
rollo, muy incómodo no poder respirar y encima con el calor, tampoco puedo ir a
la piscina o beber nada frío, lo dicho, un verdadero rollo, es más bien un
catarro nasal son algo de tos, por las noches duermo tirando a mal, tampoco muy
mal pero tengo pesadillas, tal vez tenga algo de fiebre, procuro cuidarme, me
da miedo que se complique, nunca se sabe, como soy hipocondríaco siempre me
pongo en lo peor.
Por otro lado cuando me pongo enfermo es cuando tomo
conciencia de lo solo que estoy, no tengo nadie que me cuide, que me prepare
algún brebaje mágico que me cure este catarro, y además me toca seguir sacando
a pasear a los perritos, hacer la compra, las tareas de la casa, ir a trabajar,
en fin, que no hay descanso para el solitario porque no tiene ayuda ni
consuelo.
Por otro lado desde niño cuando estoy enfermo me pongo muy
mimoso, pero mis mascotas pasan un tanto de mí, no creo que sean conscientes de
que me encuentro mal, o no lo consideran nada grave, les llamo y no me hacen ni caso, les abrazo y se van,
lógico en este tiempo con el calor que hace, no está el termómetro para
abrazos. Son unos desagradecidos.
Mi madre se ha ofrecido para prepararme lo que quiera, pero
no hace falta yo sé hacer de todo, ayer asé un pimiento rojo y hoy he hecho una
ensalada deliciosa con él, y todo así, sé hacer cualquier plato y además me
sale exquisito, aprendí todo eso de ver cocinar a mi madre que es una gran
cocinera cuando me ponía en la cocina a charlar con ella, el caso es que no fui
consciente durante todos esos años que todo el proceso de elaboración de la
cocina se iba fijando en mí a nivel subconsciente, el primer día que me
independicé de casa de mis padres puse el piloto automático y me hice unas
lentejas con chorizo, riquísimas, las hizo mi subconsciente en realidad.
En realidad estoy algo más ñoño de lo habitual con lo del
catarro, más melancólico tal vez, más añorante.
Si me muero os dejo el blog en herencia, disfrutadlo, el
blog es eterno, legado supremo de mi alma.
El paseante
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