Polanski
once again, like the last week.
Todavía estoy pensando qué significado tiene esta película,
tampoco es que lleve mucho tiempo pensándolo, no desde la primera vez que la vi
hace unos 35 años, en el programa de la segunda cadena Cineclub, lo ponían por
la noche algo tarde, en casa todos se acostaban y yo me quedaba solo viendo la
película cada jueves, cine de autor, en la pequeña televisión del salón, mi
madre me advertía que pusiera bajo el volumen, inaudible porque si no
protestaban, aquel pequeño televisor era en blanco y negro como todos los de la
época, pero eso en esta película no importa mucho porque está rodada en blanco
y negro, es una película del primer Polanski junto con Zabriskie point, ya
apuntaba maneras de lo que luego habría de venir, un director de cine muy
creativo en mi opinión, y muy original siempre en sus planteamientos.
Creo que entonces, con apenas 15 años, entendí mejor la
película que ahora, al menos más rápidamente porque llevo ya un buen rato
dándole vueltas y no encuentro su significado para poder contároslo, al menos
el significado que yo le atribuya, será que tal vez no tenga ningún
significado, lo dudo, en la década de los 70 un director debutante como
Polanski precisamente no podía permitirse el lujo de hacer una película sin un
significado al menos, o tal vez hizo una película abierta a múltiples
interpretaciones que eran las películas favoritas de los críticos de la época,
seguro que se trata de eso, Polanski deja la pelota en el tejado del
espectador.
Y ahí sigue la pelota por ahora, en mi tejado, tres
personajes en un velero, un cuchillo que da nombre a la película, el viento,
las velas, el agua, la superficie del agua como un espejo, el cielo, la luz, el
sol, sus variadas tonalidades, la lluvia, el frío, el calor, la vida, la
existencia…, eso es, ya lo tengo, se trata de una película existencialista muy
apropiada a aquella época, pero me pregunto qué significa exactamente que sea
una película existencialista y la pelota sigue en mi tejado…, y eso que en la
película no sale ningún tejado, ninguna casa, ninguna ciudad, sólo una
carretera, un coche con dos ocupantes, un autoestopista, un muelle, un barco, y
el mar.
Me falta perspicacia para averiguar de qué va la película,
tal vez se trate de una metáfora que se me escapa como un cuchillo que cae al
agua y no se puede recuperar, seguramente se trata de eso, Polanski es un
director muy metafórico, bueno, mejor decir, muy simbólico, las metáforas en el
cine se llaman símbolos en tanto que son objetos y no palabras, una metáfora es
siempre una palabra y no una imagen, por si no lo sabíais.
Símbolos, eso es, a lo Buñuel, se nota una cierta influencia
del simbolismo un tanto surrealista de Buñuel, hay mensajes cifrados en las
imágenes que no son sino un trasunto de la vida, un episodio elevado a
categoría, eso es…, ya lo tengo, se trata de una metáfora de la vida,
improvisada, imprevisible, caótica, sorprendente, y al final, pese a todo, no
pasa en realidad nada, aunque esa nada que sucede contiene en realidad un todo,
ese todo de los hombres que es en realidad nada.
Al final supe dar con el significado a mi manera, yo sé que
si me pongo lo saco, no suelo fallar, sería la primera vez que no diera con el
significado de una película, es cuestión de inventiva, para cada uno las
películas tienen un significado último, es algo muy subjetivo.
Y ahora un tópico: la fotografía magnífica, los paisajes
parecen cuadros, me recuerdan a las marinas de Hopper con veleros, tal vez se
inspiró Polanski en Hopper a la hora de idear la puesta en escena, es un tanto
desolada, a lo Hopper, ¿soledad?, eso parece, ¿incomunicación?, tal vez,
¿inutilidad?, es posible, ¿vacío existencial?, casi seguro, sí, vuelvo al
comienzo, creo que se trata de una película esencialmente existencial.
Muy francesa, muy nouvelle vague también, road movie en un
barco sobre el mar, metáfora de la vida y cargada de símbolos, de esos
símbolos que nos gustaba tanto analizar
en el cine forum del colegio, ¿os acordáis?, ¡qué tiempos aquellos!, ya han
pasado más de 35 años…, y parece que fue ayer, la vida sigue siendo la misma de
siempre en esencia si sabemos mirar debajo de ella.
Creo que al final la crítica me ha salido como la película,
algo deslavazada.
El paseante
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