Es difícil decir algo nuevo, original, interesante, sobre esta película, ya se ha dicho todo, o se ha pensado todo.
Tampoco es que haya mucho que pensar o decir, la película es en apariencia poca cosa, apenas el cuento de Cenicienta modernizado, y ella es la Cenicienta, Julia Roberts, y su príncipe Richard Gere, la pareja perfecta, sin duda, guapa ella, guapo él, buenos actores los dos, y con mucha química, saltan chispas, hacen con sus interpretaciones que el cuento sea absolutamente creíble, ¿a quién no le gustaría ser protagonista de un cuento así?, yo me apunto, desde luego, que cuenten conmigo, aunque dudo que algo tan bonito pueda llegar a ser real, un cuento al fin y al cabo...
Pero por un momento la imaginación vuela contemplando las bellas imágenes de este amor imposible que al final se convierte en posible.
Parece que el que la salva es él, pero en realidad es ella la que le salva a él, eso pasa siempre así con las mujeres, son en realidad las salvadoras, aunque el hombre pretenda lo contrario.
La mujer salva al hombre con el milagro de su ternura que es la piedra fundacional del amor, la mujer se acerca al hombre a través del niño que fue y sigue siendo aunque no quiera ya ser consciente de ello.
Y esta película es buena prueba de ello.
Julia Roberts está espectacular, única, irrepetible, es, simplemente, un deleite para la vista, una película en sí misma, una película dentro de la película, como una película paralela, la de la belleza.
el paseante
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