Tampoco soy tan interesante o excepcional, creo que me tenéis un tanto mitificado, yo me considero muy normalito, aunque sea el paseante, claro, eso desde luego que no hay quién me lo quite, soy algo particular, raro, sui géneris, tal vez eso me haga interesante, bueno, eso y mi gran sensibilidad, mi temperamento artístico, mi enorme cultura, mi alma generosa, mi idealismo...
Por lo demás hago lo que todos, soy también un ser humano, un ser vivo con necesidades fisiológicas, por ejemplo, necesito dormir, aunque duermo mal, cada vez peor, pero necesito dormir, necesito alimentarme, comer, para seguir vivo, hago mis necesidades fisiológicas con regularidad, bueno, a veces no tanto, ya sabéis a lo que me refiero..., aunque sea el paseante también voy al baño, y no sólo a afeitarme y ducharme...
Me ducho todas las mañanas, bueno, más bien me baño con agua caliente, muy caliente, es para mí un momento mágico, me sumerjo en la bañera y el gato aparece en la puerta del baño y me mira, es como una ceremonia cada mañana.
Luego desayuno, paseo al perrito, a Lobi dog, me voy al trabajo...
Sí, yo también tengo que trabajar para vivir aunque sea el paseante, y más ahora con la crisis, como para no trabajar, y madrugo mucho, me levanto a las seis de la mañana aunque no salgo de casa hasta las ocho, me gusta hacer las cosas con calma, dedicarme a mis mascotas un rato, compartir con ellas un café mientras oigo la radio, Radio 3 Clásica.
Como necesidad fisiológica añadida está el sexo, sí, ya lo sé, no es que se me haya olvidado por pudor, es simplemente que ya no lo practico, ya tengo 52 años, a partir de los 45 el asunto decae y cuando se pasan los 50 cada vez apetece menos, me he vuelto vago para el sexo, soy célibe, qué tranquilidad, la de tiempo que se gana para hacer otras cosas, sobre todos los solteros, ahora soy como un monje o como un niño.
Me encanta pasear, soy el paseante, claro, ¿cómo no pasear con ese nombre?, procuro ir a todas partes paseando.
(continuará)
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