lunes, 3 de febrero de 2014

Ya te veo sombra, ya logro divisarte, ahí estás tumbada...



Bueno, sombra, te veo, ya te veo, ya logro divisarte, ahí estás tumbada...
Pero sombra, de sombrilla no tienes nada, más bien eres un sombrón, desde que no me sigues has engordado, será la falta de ejercicio, te costaba seguirme, era muy rápido para tus pasos, eso dices, te venció la pereza, lógico, pero mira cómo te has puesto, hecha un tonel, como una vaca.
Perdona la sinceridad.
No te ves muy estilizada que digamos, si piensas ponerte ese bañador el próximo verano ya puedes comenzar una dieta salvaje porque se te ve algo reventón, se te van a descoser las costuras y vas a parecer un buda en mitad de la playa.
Sombra, Sombrita..., que es broma, que te quiero, que te ves estupenda, tan saludable, ya me gustaría a mí tener tu hermosura, envidio tus pechos, tan plenos, los míos no son tan abundantes, tu vientre heroico, como de diosa de la abundancia, tus saludables muslos que se ven turgentes como jamones de jabugo, y esas zapatillas de playa como hechas para tropezar, tus uñas tan delicadamente pintadas, tu anillo de plástico color turquesa, tu turbante a lo diva del papel cuché, tu maquillaje inalterable al agua, tu bronceado como de obra.
Te admiro Sombra, Sombrilla, Sombrona, como quiera que ahora haya que llamarte, y te pido una foto desnuda, quiero verte en pelotas, debes estar buenísima, y también te pido una foto de tu culo, en pompa si es posible, en primer plano, de tu culo reventón como un clavel en primavera.
Sombra, Sombrilla, Sombrón..., como quiera que te llames, perdona las libertades que me tomo contigo pero al fin y al cabo no fuiste, eres ni serás más que mi sombra...

Con cariño,

el paseante a su sombra

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