jueves, 13 de febrero de 2014

Querida Bety.



Querida Bety:


A mí lo que más me aterra es la soledad, me da miedo, te lo reconozco, no soy fuerte para eso, me siento frágil, vulnerable, siento que la soledad es una especie de muerte anticipada, y no me estoy refiriendo a la compañía por la compañía sino a esa compañía especial que nunca te cansa, ya sabes a lo que me refiero…

Esa persona afín con la cual no necesitas nada más que a ella para sentirte feliz, con la cual no necesitas hablar para sentir que existe comunicación, con la cual no imaginas mayor felicidad que su compañía, ni nada mejor que hacer nunca que estar junto a ella, esa persona junto a la que el tiempo no existe porque el tiempo se convierte en eternidad.

Yo eso cuando he creído haberlo encontrado me he sentido en el paraíso, he sentido que el paraíso no estaba en el más allá sino aquí mismo, en este mundo, junto a la persona amada, no sé si habrás sentido lo mismo alguna vez, es una experiencia única, y si te sucede y no perdura el resto de tu vida vives como exiliado de aquella ternura, de aquella profunda comprensión, de aquella identidad, de aquel momento único que te fue dado vivir y piensas que aquello es muy difícil que se vuelva a repetir, tal vez por propia incapacidad para volver a sentir todo aquello por el desgaste que tiene el paso del tiempo sobre nuestras ilusiones, nuestros ideales, sobre nuestra capacidad de sentir amor hacia otra persona.

Uno se va cerrando, Lorca lo expresó muy bien en Yerma cuando Yerma gime de dolor y repite: marchita…

Repite marchita afirmándolo, negándolo, interrogándolo, repite marchita clamando al cielo su maldición.

El destino de Yerma es el destino de muchos, no entendido tanto como infertilidad física sino como infertilidad moral, que creo es el verdadero significado, el último significado de la obra de Lorca, uno se va quedando sin la simiente y ya no fructifica, se va quedando seco, yermo.

Y es difícil remontar, uno recuerda el pasado y le da miedo el porvenir, el nuevo desengaño o la soledad, el espejo en el que al final acabará mirándose lo quiera o no le ha de devolver una de estas dos imágenes, tal vez no, aunque yo creo que seguro que sí.

Desengáñame si puedes, estoy esperando que me saques de mi error, de todas estas turbulencias de mi espíritu que me tiene encadenado a este destino fatal.

El amor, querida amiga, son esas vacaciones del espíritu que uno cree para siempre y que de repente un buen día se terminan abruptamente.

Pero tú ahora debes hacer la maleta y marcharte en busca de tus vacaciones, tu tour debe comenzar… 

Bss,


Jr

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