domingo, 4 de marzo de 2012

Mi amiga Maribel. Semblanza.


Es guapa verdad, pues tiene ya 66 años, ¿a que no los aparenta?, está fenomenal, yo siempre se lo digo.
Yo la conocí con 40 años, yo entonces tenía 25, era un niño y como tal me trataba, es como mi madre administrativa o mi hermana mayor, me ha criado a sus pechos.
Hemos trabajado juntos durante casi 15 años, y nos hemos llevado siempre fenomenal, somos grandes amigos, nos encanta conversar, no nos quedamos nunca sin tema, sobre todo literatura, ella es una gran lectora, persona sensible y perspicaz, amén de muy inteligente.
Nuestras charlas eran interminables, estamos hechos el uno para el otro pero nuestro amor es imposible, ella ha estado siempre felizmente casada, no me extraña, menuda joya se llevó el marido..., y tiene ya hasta nietos, en fin, una mujer realizada, plena, feliz, satisfecha.
Pero paseante, para un poquito el carro, que te embalas, a ver, vamos a ver, y es que no tiene ningún defecto, te pregunto.
Pues sí, es un poco cabezota, como mi abuela, y es que la sangre arangonesa se nota quieras o no, a mí también me pasa por la parte que me toca.
Y también es muy roja.
Hace mucho que no sé nada de ella, desde que se jubiló nos hemos distanciado, y es que su marido es muy celoso, si se entera que hablamos o nos vemos la mata.
Bueno, eso no lo sé seguro pero lo sospecho...
Es lo malo de las mujeres casadas que andan siempre muy pilladas.
Y nada más.
¿Nada más, paseante?
Nada más.
Piensa un poco...
Ah, sí..., que la echo mucho de menos.

Besos Belsen, tu amigo que te quiere,

el paseante

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