miércoles, 7 de marzo de 2012

El cuadro de la semana. Joven caballero en un paisaje. Vittore Carpaccio. 1510.



Una fantasía caballeresca.

En cuanto al paisaje que acompaña a este enigmático joven resulta tan inquietante y misterioso como él, ya que en su superficie se contraponen en la flora y en la fauna signos alusivos al bien y al mal, a la pureza y a la corrupción.

Malo mori quam foedari (Antes morir que contaminarse).

Atribuido a Durero en un primer momento por el tratamiento que hace de los elementos de la naturaleza que aparecen en el cuadro, con posterioridad y al hilo de una restauración se descubrió la firma de Carpaccio.

Elegante factura, armonía de conjunto, equilibrio, naturalidad, delicadeza, exquisito colorido, movimiento, expresión de la figura, fantasía, realidad, todo...

Renacimiento italiano, escuela veneciana, cuatrocento italiano, vuelta al arte de la Grecia clásica, al hombre como medida del universo y medida del arte, atrás queda la Edad Media y su oscurantismo, el arte se abre a la luz, a la naturaleza, a la belleza, a la libertad, el arte se libera de las ataduras de la rígida moral y se manifiesta tal cual el artista quiere.

¿Qué transmite el cuadro?

El cuadro no es sino la representación de un arquetipo, el caballero, el héroe, el soldado.

Representa la fuerza contenida, la energía en potencia, la belleza, la juventud, la pureza.

El cuadro es como una carta del tarot.

Sorprende la mirada melancólica del joven, parece ser que se trata del retrato de un caballero ya muerto en el momento de realizarse la pintura, por lo visto sólo se hacían retratos de cuerpo entero en esa época si ya había fallecido el retratado.

Recuerda mucho la figura al doncel de Sigüenza, es igualmente un caballero renacentista, el doncel, escultura yacente en mármol que puede verse en la capilla lateral de la Catedral de Sigüenza es un ejemplo magnífico de escultura renacentista, comparten ambas imágenes el aire melancólico como alejado ya de la vida, propio de quién ya no está en ella.

El caballero del retrato es la juventud truncada, la vida que no ha tenido continuación, la fuerza, la energía, la vitalidad que no pudo llegar a realizarse plenamente.

A destacar las escenas de la naturaleza que rodean la figura y el caballero a caballo que como una aparición, un recuerdo, representa lo que el caballero fue y ya no es.

El caballero queda idealizado en un universo celestial de perfecta belleza, como en un paraíso, como en el más allá.

el paseante
7 de marzo de 2012

p.d.- el cuadro puede verse en la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid, es una de las joyas del museo, aunque en realidad todo lo que contiene ese museo puede considerarse único.

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