A veces no queda más remedio que enfrentar la puta realidad aunque salgamos con la cara partida, mejor no engañarnos.
Me refiero a
la vida, que hay que cogerla por los cuernos o ella nos coge a nosotros por
mejor decir, queramos o no, las canciones de OBK me recuerdan eso, que nadie se
libra, aunque referidas sólo al tema sentimental, pero su fatalismo puede
extenderse a todo, porque todo, en definitiva, son sentimientos, de un tipo u
otro, lo duro en la vida son los sentimientos, producen placer y dolor, mejor
tenerlos, eso sí, aunque yo creo que nadie se libra de tenerlos por mucho que
se resista, la pleamar del sentimiento nos inunda y despierta porque la vida
sin ellos es como estar dormido.
OBK es mi
grupo pop favorito español de la década de los 90, no sé si meto la pata,
tecno-pop tal vez, y de las fechas tengo un recuerdo confuso, lo uno a avatares
de mi vida que parecieron quedar subrayados por sus canciones, frente a la
blandenquería de Mecano y la simplicidad de Alaska, por ejemplo, se alzó la
música más elaborada musicalmente y en contenidos, con una identidad y fuerza
particulares de OBK, yo conecté muy bien con ellos, es como si aquello fuera
dirigido a mí, o estuviera hecho por mí mismo, de lo que me identificaba.
Hay, además,
unos cuantos videos icónicos, muy adecuados a la música y la letra, todo era
muy compacto, unidireccional, en otros grupos o cantantes se veía todo más
forzado, OBK era sólido, contundente, macizo.
Es mi opinión,
un rayo de luz en el desierto de la música pop española, eran nuestro Pet Shop
Boys, sin dudarlo, pero a mí me gustaban aún más, si OBK hubiera surgido en
Inglaterra hubieran sido un fenómeno mundial, hubieran llegado más lejos y
tenido una carrera más larga, pero pese a todo aquí dieron mucho juego y ahí ha
quedado su música, joyas de una época.
La puta
realidad, volvemos a ella, creo que fue el título de uno de sus álbumes, aunque
ellos ya editaban en compact disc, cd, que por entonces empezaba a extenderse,
también hay que tener en cuenta su estética, muy ceñida a su música y sus
mensajes, y el protagonismo de su cantante que sabía por dónde iba, sin
divismos, cantando.
Recomiendo
sus videoclips Historias de amor y Otra canción de amor, mis favoritos, el
primero por la armonía entre ritmo e imágenes y su estética y el segundo por su surrealista creatividad.
El paseante
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