jueves, 6 de marzo de 2014

La verdadera historia de Cony y Brown (7). El marido de Cony.



El marido de Cony recibió unos anónimos, resultó que alguno de sus enemigos pilló a Cony ligando a través de un anuncio de contactos en internet, se hizo pasar por un pretendiente y cuando la cosa estaba más calentita le mandó copia de los emails al marido junto con las fotos que Cony le había mandado, el marido entró en cólera, lógico, y Cony lo pasó fatal, al final ella suplicó, hizo méritos, se arrastró, y él pareció ceder y reconciliarse pero todo fue inútil, al cabo de un tiempo el marido no quiso volver a saber más de Cony, lo que siempre había sospechado se había visto confirmado definitivamente, ya no aguantaba más, era cornudo, lo sabía desde siempre, pero esto había sido demasiado, ver a su mujer en esas fotos con otro hombre había sido demasiado, Brown pensó que el hombre que aparecía junto a Cony era él, no imaginaba cómo ni quién podía haberlos fotografiado, como no fuera la propia Cony a través de alguna treta extraña le resultaba inimaginable, siempre que había estado con Cony habían estado a solas los dos, pensaba si habría alguna cámara oculta o si todo podría haber sido un montaje de Cony para poder chantajearle más adelante y al final las fotos acabaron en manos extrañas, la policía le aseguró que él no aparecía en esas fotos si bien en los emails aparecía citado por Cony, Brown nunca llegó a ver las fotos, tal vez eran sólo fotos de Cony en poses provocativas, lascivas, pero siempre le quedó la duda, todo quedó con el tiempo en una nebulosa de silencio y misterio.

El resultado fue que el marido de Cony voló para siempre, y que entre Brown y Cony se produjo una distancia aún mayor, a él le dio la impresión de que ella pensaba que el autor de los anónimos y de toda la trama había sido el propio Brown, y por otro lado no perdonó nunca a  Cony el hecho de que mencionara la relación que mantuvo con él en unos emails que intercambiaba con un desconocido.

Sobre ellos se añadió distancia a la distacia, rencor al rencor, odio al odio. 


(continuará)




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