Digo Fidel Castro solamente porque me parece que como personaje histórico eclipsa a Aznar totalmente, Fidel es una leyenda se quiera o no, guste o no, guste más o guste menos, y Aznar es, como todos nuestros expresidentes, poco más que un mal recuerdo.
Me llama especialmente atención de la foto la elegancia innata de Fidel, su aspecto de hidalgo algo desaliñado, demodé, trastabiliario, su esencial deja vu, su indolencia, su sosiego algo decadente, su seguridad, aplomo, como una especie de Don Quijote del comunismo que ha sabido sobrevivir a todo, su gesto, su expresión corporal, su hieratismo de estatua, su mirada un poco taimada, condescendiente frente a la risa nerviosa de un Aznar con aspecto de aprendiz.
Y eso que Aznar estaba en su mejor época, han pasado 25 años, la foto está tomada en 1999, me pregunto si Aznar tendrá ahora la edad que entonces tenía Fidel, y concluyo que las marcas que va dejando la vida hacen que vayamos cambiando más aún que los años, que cada cual tiene el rostro que se merece y que nadie como Oscar Wilde supo reflejar esta idea en su obra El retrato de Dorian Gray, Aznar ahora es como el retrato de Dorian y Fidel era y sigue siendo Dorian Gray.
Estos dos personajes que no tienen nada que ver el uno con el otro en absoluto han ido envejeciendo de manera diferente, uno dejándose el alma en el camino y el otro dejando el alma de los demás en el camino, y que cada cual suponga lo que quiera a su gusto y elija quién es quién.
el paseante
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