lunes, 6 de octubre de 2014

La tristeza de Bruttini (Un asesino en las calles 53).





53 – La tristeza de Bruttini

El gatito un buen día desapareció, Bruttini se fue a trabajar y como la mañana se presentaba calurosa dejó las ventanas de la buhardilla abiertas, no pensó que el gatito pudiera encaramarse tan alto y marcharse por los tejados, pero eso debió suceder porque al regresar Bruttini del trabajo el gatito había desaparecido, Bruttini buscó y rebuscó por todos los rincones de la buhardilla y nada, y esperó y desesperó y nada, estaba triste y abatido, necesitaba tanto el cariño del gatito que cada vez que en la soledad de la buhardilla pensaba en él se echaba a llorar desconsoladamente, a su madre no la dijo nada, no quería disgustarla pero su madre notó a través del teléfono en su tono de voz su tristeza aunque Bruttini hacía por disimularlo, Bruttini se veía triste y abatido, dejó de actuar en el Diva’s Club y en el trabajo apenas tenía ánimo para hacer nada, la vida para él dejó de tener sentido, no entendía esa repentina crueldad que el destino había tenido para con él de privarle del pequeño gatito, tan cariñoso, tan gracioso, tan travieso, era como un muñeco de peluche, tan suave, tan amoroso…
Pasaron días y días que a Bruttini parecieron siglos, Bruttini mantuvo todo el tiempo, de noche y de día, las ventanas abiertas a ver si Cachemir regresaba pero todo fue inútil, al fin no tuvo más remedio que comentárselo a su madre y ésta se disgustó profundamente no sólo por el pobre gatito sino por la tristeza tan profunda y el desconsuelo tan irreparable que padecía su amado hijo.
Una mañana al despertarse Bruttini notó un peso en el pecho, apenas podía moverse, sentía una gran opresión, un agobio, pensó que la muerte le rondaba debido a tanto desconsuelo, que estaba siendo víctima de un infarto o de una angina de pecho, hasta pensó a medio despertar aún que ya se había muerto. Y lloró amargamente aún dormido, y recordó a su tierno gatito, la opresión era cada vez mayor, sentía punzadas de dolor que le traspasaban el pecho…

(continuará)


No hay comentarios:

Publicar un comentario