martes, 29 de mayo de 2012

La hora violeta.


Eric Rohmer tiene una película con este título, La hora violeta, y va precisamente sobre eso, sobre el momento mágico del anochecer en que el cielo cambia de color, apenas dura un instante, y se torna violeta, poco antes de que desaparezca definitivamente la luz del sol y se haga la noche.
La foto una vez más está tomada desde mi casa, me impactó de manera especial este cielo tan hermoso, como irreal de lo bello que es, como pintado, inventado.
Parece una acuarela, casi se puede apreciar el granulado del papel, es curioso cómo la naturaleza imita al arte en ocasiones.
La paleta de colores de la naturaleza, tan rica, variada, tan sorprendente.
Transmite este cielo una gran tranquilidad al espíritu, la luz parece despedirse de nosotros hasta el día siguiente dejando tras de sí una estela de perfecta belleza, de perfecta armonía, que predispone el alma a la belleza y que hace nacer en nosotros sentimientos bellos como la ternura, el amor, la calma.
De todas maneras esta puesta de sol en concreto resulta chocantemente irreal, como elaborada por la mano de un sensible y hábil pintor, un acuarelista genial, y así es, está elaborada por el más prestigioso, completo, y encumbrado artista.
Está elaborada por Dios.


el paseante


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