miércoles, 16 de mayo de 2012

La derecha se cree la dueña de la realidad.

Cómic de Robert Crumb.
Bueno, pues así parece, la derecha como siempre, de dueña y señora de la realidad , adueñándose de ella, imponiendo sus normas, organizando la vida a propios y a extraños, y sin pedir opinión en absoluto, la derecha siempre arrogándose para sí el monopolio de la realidad.
Rechazando la realidad tal cual es y queriendo meterla entre cuatro paredes.
Véase, por ejemplo, el tema del matrimonio gay, entre ellos y la Iglesia deciden lo que es un matrimonio, y así de paso siguen monopolizando, dando cédulas de honorabilidad, excluyendo, fastidiando, y lo que es peor, discriminando.
Pero qué más les dará, tanta rigidez y tanto dogmatismo no servirán sino para que antes se rompan totalmente lo moldes, no está el mundo en los tiempos que corren para moldes rígidos, ni encorsetamientos, la gente ya no es tonta ni ignorante, la gente piensa por sí misma, los tiempos del oscurantismo y la represión han terminado.
Pero ellos como si nada, a piñón fijo.
Dale que te dale.
Podría alguien explicarles lo que significa el término "pluralidad", y el término "libertad de elección", me gustaría saber qué pensarían si un buen día llegara al poder un partido que pensara que la unión entre un hombre y una mujer no es digna de llamarse matrimonio ni de generar los mismos derechos y contar con las mismas prerrogativas y protección que el "matrimonio entre personas de mismo sexo", y pretendiera imponerlo así a todos.
Pues pudiera ser.
¿Por qué no?
La gente vota cosas rarísimas en ocasiones y pudiera pasar...
¿Qué harían entonces todas estas mentes biempensantes?
Se rasgarían las vestiduras, seguro.
Pues con ellos no sirve de nada rasgárselas, porque les tenemos muy mal acostumbrados, consentimos como si fueran chaladuras y tonterías propias y exclusivas de ellos, aspectos que, nos afecten más o menos a cada uno, son, sin embargo, sustanciales en una sociedad libre, plural y democrática.
Y de los cuales no deberíamos claudicar jamás. 
Porque por ahí se empieza y no se sabe nunca dónde se acaba.
Nunca llegará ningún partido que prohíba el matrimonio entre personas de distinto sexo, obvio, nadie está tan chalado como ellos para hacer cosas así, sólo ellos..., según parece...

el paseante

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