martes, 24 de abril de 2012

Un sueño... (caso práctico) - 3.


Mi terapeuta me ha felicitado por la interpretación del sueño, coincide con mis planteamientos pero añade que el caos del almacén de muebles donde se desarrolla el sueño es una traslación onírica, ella lo denomina así, del caos que me encontré cuando llegué a ese nuevo trabajo, caos que me fue encomendado poner fin, además añade que más que relacionado con Macbeth, ve el sueño relacionado con la leyenda de Salomé y la cabeza del Bautista, es decir, igual que Herodías fue chantajeado sentimentalmente por Salomé, yo fui chantajeado sentimentalmente por mi amigo para que le cortara la cabeza a mi amiga, es decir, la cesara.
Mi terapeuta lo vió claro desde el principio todo, yo he tardado más de tres años en verlo claro, y sólo he sido capaz de reconocer qué pasó realmente gracias a la interpretación del sueño.
Según mi terapeuta tenía una resistencia interna inamovible que ella detectó desde el primer momento para poder analizar la realidad de lo sucedido, y esta resistencia tenía su origen en el ego, es decir, no quería reconocer que fui engañado, utilizado y manipulado, que fui víctima, fui débil y caí en la trampa, no quería sufrir la humillación de tener que reconocérmelo.
Una vez que el ego ha sido capaz de reconocer la realidad, el problema, que permanecía enquistado en mi subconsciente, se ha resuelto, y difícilmente volverá a sucederme algo igual según ella, porque la lección ha sido "autoaprendida".
De ahí el inmenso poder sanador de la interpretación de los sueños.
Mi terapeuta añade para terminar en tono de broma que procure no volver a tomar decisiones con la bragueta y que ya lo dice el refrán, "donde tengas la olla no metas la..."

el paseante

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