martes, 10 de abril de 2012

La película de la semana. Sunset Boulevard. Billy Wilder. 1950.


Magnífica, una verdadera obra de arte, Billi Wilder, garantía de buen cine, de cine clásico americano, cine del bueno, del que te engancha, te atrapa a la pantalla y no quieres salir de ella.
Recrea la película el universo en decadencia de una diva del cine mudo, Norma Desmond, magnífica en el papel Gloria Swanson, interpretándose a sí misma, pues del cine mudo provenía ella también.
Hay películas que no serían comprensibles en color, ésta es una de ellas, el color la hubiera deslucido porque nos está hablando de un mundo que se acaba, el mundo del cine en blanco y negro, del cine mudo.
La protagonista fantasea con la idea de volver a rodar una película, pero ni por la edad ni por la forma de actuar podrá llegar a hacerlo nunca, antes directores y productores se rendían a sus pies, pero todo pasa, todo cambia, y su momento ya pasó.
Un joven periodista va a hacerla una entrevista y acaba encargándose de escribir sus memorias, se queda a vivir en su casa y surge lo inevitable, ella parece que se va a salvar a través del amor de su ruina existencial, pero no logra pese a todo levantar cabeza, demasiado lastrada por un pasado glorioso, no se conformará nunca con menos, y fracasará en todo.
Al final mata al pobre escritor, interpretado por William Holden.
Y llega la escena final, la más recordada de la película en la el mayordomo, ex marido y antiguo director de cine, interpretado por Erich von Stroheim, monta una escena de rodaje fingida en la cual Gloria Swanson baja las escaleras de su mansión en lo que cree ser el rodaje de la primera escena de la película con la que regresará al mundo del cine.
Había enloquecido, la fama y su pérdida la habían trastornado.
Es difícil habiendo sido todo conformarse con ser nada.
¿Verdad?
Muy difícil.
Nos identificamos con Norma Desmond porque todos somos Norma Desmond, todos llevamos una Norma Desmond dentro.
¿O no?

el paseante

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